El Mercader de Triana

La carta de El Mercader de Triana está aún en pleno proceso de desarrollo. De momento, arranca con chacinas ibéricas y quesos (cuentan con una tabla de quesos andaluces -de Cadiz, Málaga, Cordoba y Jaen) digna de mención. La propuesta continúa con «Carnes a la antigua», en la que se relacionan los chicharrones sevillanos, el chicharrón de Cádiz y las costillas asadas con sal gorda .

Y sigue con los platos fríos: aceitunas gordales del Aljarafe, salmorejo de naranja sevillana con sus sacramentos, patatas aliñadas con melva canutera y aceite de oliva Virgen Extra, la ensaladilla de gambones al ajillo, o el tomate aliñado con melva y aceite de Priego . A la oferta se suma la tosta de pechuga de pollo de corral confitada a 72 grados con mermelada de cebolla, trufa y queso, así como montaditos variados .

La variedad de conservas es amplia, con pimientos rellenos de atún, callos, fabada asturiana, perdiz en escabeche, yemas de espárragos blancos, habitas baby, pimientos asados, carrillera de cerdo a la riojana, piparras, alcachofas, pimientos del piquillo, berberechos, mejillones, anchoas…

En cuanto a los vinos , tienen mucho protagonismo en El Mercader de Triana. Se trata de una tienda con una oferta espectacular de vinos, que van desde los 7 euros a los 140. Para todos los bolsillos y para todas las ocasiones. Cuenta con alrededor de 150 referencias de vinos tranquilos y una veintena de vinos generosos. Asimismo, se copean alrededor de 16 vinos además de casi todas las referencias del marco de Jerez. Como ocurre con las conservas, el vino tiene un precio de venta mientras que el servicio de descorche es 8 euros, sea cual sea el precio de las botella. Este es uno de los puntos más interesantes del local, junto con el trato personalizado y el asesoramiento de Víctor Gamero para que el cliente dé con la botella perfecta.

El local es coqueto, de pequeñas dimensiones que saca algunas mesas altas con taburetes a la calle. La decoración es de estilo industrial y vintage. Cuenta con una zona de mesas bajas hechas con pies de máquinas de coser sobre las que descansan vigas de travesía de tren. Destaca en el local el enorme carro que hace las veces de estantería para los vinos.

Apertura: El Mercader de Triana, la abacería de Víctor Gamero y su potente carro de vinos