El Herreriano saca a la luz sus «buques insignia» para celebrar los 25 años de la cesión de la Colección Arte Contemporáneo
La exposición 'Es solo una sensación', con piezas de Cristina Iglesias, Soledad Sevilla o Jordi Colomer, entre otros artistas, ocupará durante doce meses las salas 0, 3, 4 y 5 del museo vallisoletano
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En el año 2000, el Ayuntamiento de Valladolid y la Asociación Colección Arte Contemporáneo firmaban un acuerdo por el que ésta quedaría depositada en la ciudad del Pisuerga, concretamente en el Museo Patio Herreriano, que entonces estaba siendo renovado por el arquitecto Juan Carlos ... Arnuncio y su equipo y que abriría sus puertas dos años después. Esta rúbrica supuso el desembarco en la ciudad de uno de los mejores fondos de obras de arte pertenecientes a la primera mitad del siglo XX, piezas «de una calidad indiscutible» que en su momento fueron adquiridas por «grandes historiadores del arte de indiscutible prestigio que supieron hallar las obras más relevantes de los artistas incisivos en cada época», ha destacado el director del centro, Javier Hontoria.
Con motivo de la «importantísima efeméride», el Museo Patio Herreriano vuelve a sacar a la luz en 'Es solo una sensación' las piezas que son las «grandes buques insignia» de la citada colección, trabajos que «hace tiempo que no se veían». Algunas de ellas pertenecen a reconocidos artistas como Cristina Iglesias, Baltasar Lobo, Jordi Colomer o Carlos León; otras a creadores que están siendo revisitados por grandes instituciones como Soledad Sevilla, «reivindicadísima actualmente por el IVAM y el Reina Sofía», y otras tantas a unos pocos que en su momento no tuvieron tanta visibilidad como el catalán Joaquim Chancho.
Desde que Javier Hontoria asumiera la dirección, en 2019, las nuevas miradas a la colección ha sido una constante en su programación. Lo ha hecho desde la serie titulada 'Turno de réplica y también desde la escultura y las pinturas contemporáneas. No obstante, si en los últimos montajes han predominado las miradas a un arte de vanguardia, en esta ocasión se detiene en sus trabajos más recientes, sin presencias «foráneas».
Ha explicado el director del museo que aunque su primera intención fue «huir del relato», vio que era algo «difícil» de eludir «plenamente».
Así, la muestra -que perdurará durante todo un año, hasta el 18 de mayo de 2026- se despliega en tres espacios de la segunda planta del edificio. En uno de ellos, la sala 3, obras de Soledad Sevilla convive con las de Eusebio Sempere, Elena Asins o el citado Joaquim Chancho, entre otros. Se trata de un espacio dedicado a trabajos de corte «minimalista», en los que se apuesta por «una seducción rítmica y cromática», que concluye con un diálogo entre la voluptuosidad de Baltasar Lobo y la abstracción de Carlos León.
Diferentes generaciones y contextos se dan cita en la sala 4, donde una gran pieza de cemento, hierro y alabastro de Cristina Iglesias se impone en una sala en la que predominan los ocres y que junto a obras de Jaime de la Jara, Sergio Prego y el Equipo 57 tratan de hacer reflexionar sobre el concepto de espacio. Mientras, la sala 5 insiste en esa «ambición» de «no contar nada» que se propuso Hontoria, «aunque parezca que todas las obras tienen un elemento en común». Es un espacio donde la apariencia es «más terrosa, más telúrica», con algunos de los grandes clásicos como Schlosser.

Por último, la sala 0 reúne dos obras de temática política, el audiovisual 'Pegasus dance', de Fernando Sánchez Castillo, y 'Ciudad Universitaria', un gouache sobre papel de José Caballero.
En palabras de la concejal de Educación y Cultura, Irene Carvajal, 'Es solo una sensación' pretende «celebrar» y «rendir homenaje» a la labor filantrópica realizada por los empresarios españoles que decidieron dar forma a la Colección.
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