UPyD elige nuevo líder sin tener una postura única en la región

En Castilla-La Mancha, la presencia de UPyD siempre ha resultado minúscula. Sin sitio en el Parlamento autonómico, suma 15 concejales en toda la región: seis en la provincia de Guadalajara (tres en Yebes, dos en Uceda y uno en Marchamalo), cinco en Toledo (tres en Yeles y uno en Las Ventas de Retamosa y Torrijos) y cuatro en Ciudad Real (uno en Campo de Criptana, Manzanares, Socuéllamos y Tomelloso).

Hace tres semanas, UPyD fue noticia regional porque su única concejala en Socuéllamos decidió apoyar una moción de censura para echar al PSOE de la Alcaldía y entrar en el nuevo gobierno con el PP. Además de en este pueblo de casi 13.000 habitantes, solo en Yebes el partido magenta es parte del gobierno, en este último caso en coalición con el PSOE. Sin una postura única, las circunstancias de UPyD son muy diferentes en cada pueblo .

Yebes, lo dice su concejal de Deportes y Juventud José Villarino, es un caso «muy singular». Hasta hace unos 15 años, se trataba de un pueblo pequeñísimo que no llegaba a los 200 habitantes. Sin embargo, en su término municipal se construyó la estación de Guadalajara de la línea de tren de alta velocidad Madrid-Barcelona.

A partir de ahí, se proyectó la macrourbanización Ciudad Valdeluz, diseñada para 30.000 personas y que la crisis dejó la ejecución del proyecto en solo un diez por ciento. En la pasada legislatura, un conjunto de vecinos de esta urbanización montó la agrupación 40 Compromisos y llegó a la Alcaldía con el apoyo del PSOE. Antes de las últimas elecciones municipales, 40 Compromisos negoció con la dirección de UPyD y se integró en el partido. Ahora gobierna con el PSOE, al que devolvió el favor y secundó pese a no ser el más votado.

En Yeles, el fin del bipartidismo se adelantó unos años. En las elecciones de 2007 ya hubo cuatro partidos con representación, que fueron cinco en las de 2011 y que son seis ahora. En esa marejada ha encontrado su espacio UPyD, donde es el primer partido de la oposición con tres concejales. El cabeza de lista, Rodolfo Ramírez, dimitió antes del pleno de investidura.

El portavoz de UPyD, Félix Romero, explica que Ramírez es funcionario en el Ayuntamiento y que, por ley, esto es incompatible con ser concejal al mismo tiempo. Al no poder liberarse como edil, Ramírez optó por renunciar porque «tiene que tener un sueldo».

Campo de Criptana y Tomelloso son los feudos más estables de UPyD, los únicos en los que se mantiene desde 2011. En Campo de Criptana, UPyD pactó la investidura con el PP porque «nos parecía que la lista más votada era la que tenía que gobernar», dice el concejal Agustín Olivares. El acuerdo fue para un año y se tendrá que revisar en mayo. De momento, asegura, el pacto se cumple.

En Tomelloso, la lista más votada fue la del PSOE y UPyD la apoyó después de que los socialistas aceptasen sus condiciones. Sin estar en el gobierno, el concejal magenta Álvaro Rubio dice que tiene las competencias en eficiencia energética y agricultura. En ambos pueblos, los resultados de UPyD fueron mucho mejores en las elecciones municipales que en las autonómicas y las generales. Los dos concejales no dudan de que la imagen nacional del partido les ha perjudicado.