Albares intenta minimizar cualquier riesgo con Marruecos por su buena sintonía con Trump: «Es un país amigo»
Descarta que pueda haber consecuencias en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, descartó este lunes que la buena sintonía entre la administración Trump y Marruecos pueda tener consecuencias en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Aunque en diciembre de 2020, un mes antes de ... dejar la Casa Blanca tras su primer mandato como presidente de EE.UU., Donald Trump reconoció la marroquinidad sobre los territorios del Sahara Occidental que históricamente se han disputado Rabat y Argel, es difícil que el acercamiento a Marruecos pase factura a España en cuestiones de territorio. Así lo expresó Albares, quien indicó que «Marruecos es un país amigo y un socio estratégico» para España, al tiempo que recordó que «EE.UU. históricamente ha sido el aliado natural de todos los europeos».
Albares reiteró que Marruecos «es un país amigo y un socio estratégico de primer orden para España» y que «juntos luchamos contra las mafias que trafican con seres humanos y contra el terrorismo». Destacó las cifras comerciales entre ambos países, que ascienden a 25.000 millones de euros. Un «récord histórico» en materia de intercambios que España solo supera con el comercio con EE.UU. y Reino Unido. Ante la posibilidad de una reunión entre Sánchez y Trump, Albares recordó que «no hace tanto» que ambos hablaron por teléfono y que «fue una conversación cordial entre dos aliados».
«Las dos ciudades españolas de Ceuta y Melilla están perfectamente encajadas dentro de España y es claro para todo el mundo», declaró Albares. Aprovechó el ministro para volver a sacar pecho de la reciente apertura de aduanas en ambas ciudades autónomas: «En Melilla se ha reabierto y en Ceuta se ha abierto por primera vez en la historia con paso de mercancías en ambas partes», señaló Albares, quien siempre que puede destaca este hito que ha conseguido al frente de la diplomacia española. Lo que no cuenta nunca el ministro -y tampoco aclara, por mucho que se le pregunte- es la letra pequeña de este acuerdo de paso de mercancías: hasta ahora, desde Marruecos pasan todo tipo de camiones a Ceuta y Melilla, mientras que desde estas dos ciudades autónomas solo cruzan las mercancías seleccionadas por Rabat. Esto demuestra que no existe simetría en el comercio que se ha reanudado tras la apertura de aduanas.
Cesión a Rabat
Tras muchos intentos fallidos para reabrir las aduanas, se supone que este acuerdo entre España en Marruecos era el último escollo para la plena normalización de las relaciones entre países tras la crisis diplomática de 2021, que Rabat inició en respuesta a la decisión del Gobierno de acoger en España al líder del Frente Polisario, Braim Gali, enemigo número uno de Rabat por su disputa por el Sahara Occidental. «El paso desigual de mercancías por las fronteras de Ceuta y Melilla, sin embargo, demuestra que España ha cedido una vez más sobre Marruecos», explicó el exministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo a ABC.
Volviendo a las asimetrías, lo que preocupa a Eduard Soler, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Barcelona, es la carrera armamentística entre Marruecos y Argelia; y de Marruecos e Israel como aliados tras la mediación de EE.UU. «Un apoyo por parte de EE.UU. a Marruecos favorecería la tensión en el Magreb», explica. Un futuro problema, nada lejano, con el que España tendrá que lidiar y que no es nada fácil atajar desde el punto de vista diplomático. Se trata de un equilibrio difícil que podría salpicar a España en cuestiones migratorias y gasísticas, como ya ocurrió en octubre de 2021, cuando la mala relación entre Rabat y Argel llegó a su punto más alto de tensión. España sobrevivió entonces con gestos de buena voluntad y una diplomacia preventiva. Para ello es importante que Albares presente ya Estrategia de Acción Exterior.
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