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«Generación OT», la fórmula del éxito ha dejado de funcionar

MADRID. Parecía que la fórmula no podía fallar, pero algún componente no termina de encajar en la matématica combinación que hasta hace bien poco parecía incuestionable e infalible. Hoy, las dudas en torno al fenómeno «Operación Triunfo» no dejan de crecer. «Generación OT: Destino Eurovisión», la prolongación de la ya de por sí desinflada segunda edición del concurso de Gestmusic, no parece haber nacido con buen sino.

Estrenado el 1 de abril, el espacio presentado por Carlos Lozano sigue la evolución de los ex concursantes de las dos ediciones: los preparativos de Beth para su cita el próximo 24 de mayo en Riga, los nuevos proyectos de los ya consagrados y la lucha (especialmente contra el sentido común) de los chicos de la segunda hornada por vender la «módica» cantidad de 200.000 copias para conseguir un contrato discográfico. Un formato muy similar al de «Triunfomanía», el programa que la pasada temporada sirvió para estirar varios kilómetros el chicle de la primera edición.

Pero precisamente eso, las comparaciones, pierden a «Generación OT». «Triunfomanía» llegó a las pantallas el 15 de abril de 2002 con un flamante 36,4 por ciento de cuota de pantalla y más de 3.600.000 espectadores. Unos datos que contrastan con los de la discreta puesta de largo del nuevo programa de Gestmusic: 3.059.000 y un 20,8 por ciento de cuota de pantalla.

Se enciende la alarma

Sin embargo, las luces de alarma se dispararon definitivamente tras el programa del pasado martes, que cosechó cifras hasta ahora impensables para cualquiera de las innumerables variantes (castings, homenajes, galas, parodias, semigalas, finales y requetefinales) de la gallina de los huevos de oro: un sorprendente 15,6 por ciento de «share» y 2.133.000 espectadores. «Triunfomanía» cerró el año pasado con más del doble de cuota de pantalla (31,7 por ciento). De nada sirvió la presencia en el programa del martes de «pesos pesados» (no va con segundas) como Bustamante y Manu Tenorio, o de Hugo y Nika, la pareja que está de (y vende) moda.

Buena parte de la culpa del desgaste del epílogo del concurso, especialmente entre el público juvenil, hay que atribuírsela a «Un paso adelante», de la que el martes se emitió el último capítulo de esta temporada.

La serie de Globomedia para Antena 3 ha tomado el relevo como bestia negra de «OT» y sus ramificaciones que durante el resto de la temporada había ejercido «CSI».

De hecho, las siempre agitadas lecciones sentimentales y vitales de los chicos y personal docente de la Escuela Carmen Arranz (más en el límite de lo increíble que de lo improbable) vencieron el martes al programa de la Primera en todas las franjas de público salvo, curiosamente, entre los mayores de 64 años. Y volvieron a barrer (un cincuenta por ciento de «share») en el que parecía el punto fuerte del formato de Gestmusic, el público joven. Lo dicho, algún componente de la fórmula se ha vuelto inestable (o los organismos inmunes).

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