Los fundadores de Vox piden a Abascal un «tono moderado»
Alejo Vidal-Quadras, Ignacio Camuñas y José Luis González Quiros defienden la necesidad de abandonar las «excentricidades», las «posiciones extremas y la «sobreexcitación».

La abrupta ruptura del PP con Vox que Pablo Casado quiso solemnizar en el Congreso con motivo de la moción de censura ha descolocado a la formación de Santiago Abascal en el tablero político. Tres de los fundadores de Vox, que después abandonaron el partido ... por diferencias con Abascal - Alejo Vidal-Quadras, Ignacio Camuñas y José Luis González Quiros - analizan en conversación con ABC cuál puede ser el espacio natural de Vox en el tablero político. Los tres señalan que debe profundizar en sus orígenes de partido liberal y conservador, adoptar un tono moderado y abandonar las «excentricidades», las «posiciones extremas y la sobreexcitación».
El que fuera presidente del PP en Cataluña y eurodiputado, Alejo Vidal-Quadras, que dejó la formación popular en 2014 para fundar Vox, aunque lo abandonó en 2015, asegura que el futuro de esta formación política pasa por un discurso como el que pronunció el diputado Ignacio Garriga en el Congreso : «Serio, sobrio, argumentado, con el lenguaje correcto y firme en sus convicciones. Si Vox se mantiene en ese tono podrá llegar a los 60 diputados, tiene toda la legitimidad para ocupar un espacio electoral en la derecha conservadora, católica y nacionalista española».
A su juicio, Vox «tiene un camino expedito en la defensa de determinados valores, con buenos argumentos, y tiene espacio, pero tiene que eliminar de su seno las incrustaciones delirantes que asomaron en los tres párrafos enloquecidos» del discurso de Abascal.
Por el contrario, Vidal Quadras sostiene que Vox «tiene un peligro dentro, hay un elemento de la derecha alternativa que está en un delirium tremens», en referencia a la parte del discurso de Abascal que criticaba a Europa, hablaba de China y de Soros: «que lo haya leído fue un fallo tremendo». En este sentido, le invitó a «eliminar esos excesos que enturbian su imagen» y a «quitarse el síndrome del sitiado».
Ignacio Camuñas, exministro y fundador de Unión de Centro Democrático , que abandonó también Vox en 2014, coincide con Vidal Quadras en que Abascal «debería de calmarse un poco y abandonar la sobreexcitación. Le aconsejaría que, sin abandonar sus ideas, adoptara un talante más moderado», aunque cree que Vox no está en una posición antieuropea, sino que su idea es «que hay que seguir contando con la soberanía nacional de los países integrantes en la UE». Camuñas califica de «torpeza» la forma como lo expresó en el Congreso.
Camuñas invita tanto a Abascal como a Casado a «hacer un acto de buena voluntad para dejar sus diferencias personales y articular un programa común para España. No pueden seguir tirándose los trastos a la cabeza». La situación de la derecha, tras la moción, es, según Camuñas, «ligeramente peor, triste, problemática y poco esperanzadora».
Camuñas alabó el discurso de Casado, pero también señaló que fue «negativo para la alternativa democrática de la derecha. Habrá sido bueno para él, porque estaba muy discutido, tenía muchas tensiones, pero al país no le ha servido para nada».
El filósofo José Luis González Quiros es el fundador que más crítico se muestra con la posición de Vox, después de dejar en 2015 el partido: «La actitud de insultar, de acusar de cobarde, que es una palabra muy fea, de derechita cobarde, está bien para decir un día en una tertulia de amigos, pero como argumento político es muy malo . Casado ha reaccionado en cuanto ha podido diciendo que hasta aquí hemos llegado y no vamos a dejar que nos insultéis más tiempo y que nos nos confundan con unas soluciones extremas como las que expuso Abascal en su discurso».
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