justicia
Lesmes enciende a los jueces al decir que se les controla «con el palo y la zanahoria»
Tres de las cuatro asociaciones de jueces exigen al presidente del Supremo y del CGPJ una «rectificación»

Criticado en privado por su «autoritarismo» y ahora también públicamente, por sus formas «groseras», «torpes» y «denigrantes». El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, no está empezando con buen pie los cien días que lleva al frente del órgano de gobierno de los jueces, y prueba de ello es que tres de las cuatro asociaciones judiciales que representan a una buena parte de la carrera le exigieron ayer una rectificación (en el caso de Francisco de Vitoria directamente pidieron su cabeza), por unas declaraciones poco afortunadas en un medio de comunicación. En ellas asegura que a los jueces se les controla «con un palo y una zanahoria», lo que para muchos ha sido la guinda de la tarta de un talante autoritario y de las formas «chulescas» que Lemes viene exteriorizando desde que llegó al órgano de gobierno de los jueces, donde le acusan de haber puesto a sus «amigos» en puestos de responsabilidad y de imponer la ley del silencio entre los vocales.
Desde la segunda asociación en número de afiliados, Francisco de Vitoria, se mostraron ayer «asombrados» por que quien preside el órgano constitucional encargado de velar por la independencia de los jueces afirme públicamente que «el Consejo se crea para dos funciones que se considera que no pueden estar en manos del Gobierno: el nombramiento de cargos judiciales y el ejercicio de la disciplina, porque al juez que le controla con el palo y la zanahoria».
«Debemos destacar el gran talento que para la metáfora ha demostrado Carlos Lesmes, quien gráficamente concibe al juez como un burro de carga y a sí mismo como el señorito que va montado en el burro, encargado de premiar o castigar según el burro se comporte». Obvia el señor Lesmes, dice, que la gran mayoría de jueces y magistrados (burros de carga para el señor presidente) son profesionales independientes que cumplen honradamente su función, que no necesitan ni esperan premio alguno (zanahoria) y que, eso sí, no aceptan ser tachados públicamente como animales de carga, mucho menos por quien debría liderar la defensa de la independencia judicial».
«Torpes y denigrantes manifestaciones»
En un comunicado, esta asociación exige a Lesmes que se retracte públicamente de sus «torpes y denigrantes manifestaciones» y asegura que el presidente del Consejo «carece de toda actitud y aptitud para seguir ostentado el cargo de presidente del Consejo General del Poder Judicial, por lo que le invitamos a que presente formalmente su renuncia».
Además, la asociación insta a los vocales que forman parte del CGPJ a que se pronuncien públicamente sobre las manifestaciones del señor presidente y adopten las decisiones oportunas para reparar el grave desprestigio que las mismas han causado a todos los jueces y magistrados de nuestro país».
Jueces para la Democracia (JpD), por su parte, considera que las manifestaciones de Lesmes son de una «grosería inaceptable», «gravemente ofensivas hacia quienes integramos el poder judicial, pues implican la creencia de que se nos puede domesticar como a animales».
CGPJ como instrumento de presión
Esta asociación progresista señala que Lesmes reprocha a integrantes de la judicatura que expresen sus opiniones o que suscriban manifiestos, pero él se prodiga en expresar las suyas sobre los mismos asuntos. Según JpD, el presidente del Consejo utiliza la propia institución «como instrumento de presión hacia quienes no piensan como él».
En la misma línea que las anteriores, la asociación Foro Judicial Independiente manifiesta su «absoluto estupor y sensación de vergüenza ajena» ante la «desconsideración y el menosprecio» que para toda la carrera judicial implican estas declaraciones. «¿Este es el concepto que el señor presidente del CGPJ tiene de los Jueces Magistrados españoles? ¿Qué somos, en su opinión? ¿Meros animales de carga a los que azuzar convenientemente ofreciéndoles una zanahoria y amenazándoles con el palo del castigo disciplinario, para que sigan acarreando y acarreando con la eterna sobrecarga de trabajo de nuestros Juzgados y Tribunales?», se preguntaba ayer.
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