jefatura del estado
Más contactos entre el Rey y el Príncipe
Don Juan Carlos se ha reunido con Don Felipe dos o tres veces cada semana durante su proceso de recuperación

El proceso de recuperación del Rey, tras la operación de columna a la que se sometió el pasado 3 de marzo, ha tenido un efecto colateral: la permanencia de Don Juan Carlos durante largas horas en su despacho ha propiciado que se hayan intensificado sus conversaciones con el Príncipe de Asturias. De hecho, ha habido semanas en las que padre e hijo «se han reunido dos y tres veces» en el despacho del Monarca, según han informado a ABC fuentes conocedoras de estas reuniones.
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El Príncipe no sólo está teniendo cada vez más actividad institucional, sino que además está pronunciando más discursos en público. De todo ello, han estado hablando el Monarca y su hijo en las últimas semanas con mayor intensidad de lo que venían haciendo hasta ahora. Aunque el carácter del Rey no tiene nada que ver con el de Don Felipe, e incluso padre e hijo tienen opiniones distintas sobre algunas cuestiones por la diferencia generacional, lo cierto es que en el terreno institucional «no hay la más mínima fisura» entre ellos. Ambos comparten la misma postura en los asuntos de Estado y también sobre Cataluña, a pesar de que algunos hayan querido ver una menor contundencia en el mensaje del Príncipe.
Mensajes muy parecidos
También hubo quien enfrentó los elogios que Don Felipe dirigió a los jueces en la reciente entrega de diplomas a los nuevos magistrados con la reacción que tuvo la Casa del Rey la víspera de este acto, cuando se anunció la imputación de la Infanta. Pero si se compara el discurso del Príncipe con el que pronunció el Rey en el mismo acto el año pasado, se observa que ambos son muy parecidos.
Aparte de los contactos con el Príncipe, durante estas siete semanas, Don Juan Carlos ha estado siguiendo «muy directamente» la actualidad. Aunque a lo largo de su Reinado ha tenido un papel muy activo en la política exterior, en estos momentos, lo que de verdad absorbe su tiempo como Jefe del Estado es la vida política nacional, que es lo que más le preocupa y, en concreto, la economía y, sobre todo, el paro. Además de los despachos habituales con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el Rey ha mantenido contactos frecuentes con el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Don Juan Carlos ha estado puntualmente informado de la evolución de la Ley de Transparencia y la inclusión de la Casa del Rey en la misma, desde que empezó a negociarse, antes de que el Monarca ingresara en el hospital. En concreto, fue tras el debate del estado de la Nación, que se celebró en febrero, cuando Zarzuela pidió que se la incluyera en la nueva ley.
El día a día del Monarca
No obstante, la vida cotidiana del Rey está condicionada por el intenso programa de rehabilitación que realiza bajo la dirección de un especialista en Medicina Física y Rehabilitación. El proceso responde a las expectativas de los médicos, pero el principal cambio que ha notado Don Juan Carlos tras la operación ha sido la desaparición del dolor que le atenazaba desde hace dos años. El Monarca se levanta a las ocho de la mañana y media hora después empieza la primera sesión de rehabilitación, que dura dos horas. La segunda sesión, de igual duración, empieza hacia las cuatro y media de la tarde. Los ejercicios son dolorosos y requieren esfuerzo, pero el Rey los afronta con disciplina y los sigue a rajatabla. También está perdiendo peso, de acuerdo con la recomendación de los médicos.
Al finalizar cada una de las sesiones, el Rey acude a su despacho, donde le esperan cartas, documentos, llamadas telefónicas y los resúmenes de prensa, aunque también recibe los periódicos enteros y la prensa internacional. Sus colaboradores le pasan el Financial Times, el Herald Tribune y The Economist, con las noticias más importantes marcadas con «posit».
Todos los días, algunos incluso dos veces, el Rey despacha con el jefe de su Casa, Rafael Spottorno, que «es sus ojos y sus oídos». También llama a otros colaboradores de su equipo y, desde hace tres semanas, recibe en audiencias privadas a los representantes de los distintos sectores de la sociedad. Y, sobre todo, hace y recibe numerosas llamadas telefónicas. Tantas, que todos los días se le agota batería del móvil y tiene que recargarlo.
Dificultades para ir a Qatar
Las llamadas que más han dado que hablar han sido las mantenidas con el emir de Qatar, Hamad Bin Jalifa al-Thani, los días 2, 8 y 9 de abril. Don Juan Carlos le llamó para respaldar a la naviera española Navantia, que aspira a vender once embarcaciones a la Marina de Qatar. Pero el Rey también preguntó al Emir por la familia española (Travesedo), que perdió a tres de sus hijos hace casi un año en el incendio de una guardería en Doha. De lo que no habló con al-Thani fue de Iñaki Urdangarín ni de la propuesta laboral que le hizo su exentrenador Valero Rivera para formar parte de su equipo en la organización de los Mundiales de Balonmano, que se celebrarán en Qatar en 2015. De hecho, el fichaje del marido de Doña Cristina está encontrando dificultades. Una de ellas es que carece de título de entrenador, aunque también podría desarrollar otro tipo de trabajo, como coordinador o responsable de las relaciones internacionales. Probablemente, esas dificultades se hubieran resuelto con una llamada de Don Juan Carlos. Pero el Rey no ha considerado conveniente intervenir en este asunto.
Al Monarca se le verá mañana por primera vez después de siete semanas en la audiencia que ha concedido al poeta José Manuel Caballero Bonald, con motivo de la entrega del premio Cervantes, y volverá a comparecer en público el martes, cuando reciba al primer ministro de la República Eslovaca, Robert Fico. Más adelante, el 17 de mayo, espera poder asistir a la final de la Copa del Rey de fútbol, y en junio, al Día de las Fuerzas Armadas. Y, aunque aún habrá que ver cómo evoluciona antes de programar viajes al exterior, el primero que quiere hacer es a Marruecos, porque le contrarió mucho tener que aplazarlo por la operación.
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