La tangible asignatura pendiente de la accesibilidad digital
La necesidad de adoptar enfoques inclusivos desde el mismo origen del desarrollo de webs y plataformas sigue sin entrar en los planes de las empresas
Europa obliga a las empresas a poner el foco en la accesibilidad digital

En un contexto donde la conectividad y el acceso a dispositivos son esenciales para la vida cotidiana, cerca de la mitad de las personas con discapacidad, el 45%, encuentra barreras en el uso y manejo de recursos tecnológicos, según indica el último informe de ... la Fundación Adecco, 'Tecnología y Discapacidad'.
El problema tiene diversos orígenes. En primer lugar, la falta de concienciación social juega un papel clave en esta cuestión. A menudo, tanto desarrolladores como empresarios subestiman la importancia de la accesibilidad digital, en parte porque no están suficientemente informados sobre las barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad.
Jesús Hernández Galán, director de Accesibilidad e Innovación de la Fundación ONCE, describe cómo ciertas aplicaciones, como páginas web o plataformas, están mal estructuradas y muy enfocadas en lo visual con malos contrastes visuales, que dificultan distinguir el fondo y las figuras y como resultado, no proporcionan la información suficiente para que una persona ciega pueda comprender, navegar e interactuar adecuadamente con ellas. Tampoco lo ponen fácil para personas con problemas de audición ya que se encuentran con barreras como el 'feedback' auditivo. E incluso la autenticación digital facial que complica el proceso para personas ciegas o con movilidad reducida, ya que no pueden posicionarse adecuadamente ante la cámara. «Son obstáculos que deben solventarse para que la autonomía, la independencia, sea aplicable la mayor extensión posible. Por ejemplo, añadir descripciones alternativas a las imágenes, etiquetas claras, utilizar un diseño más claro y ordenado o mejorar la compatibilidad con los lectores de pantalla son ajustes que muchas empresas podrían implementar fácilmente y son acciones que no solo mejoran la experiencia de los usuarios con discapacidades, sino que también crean un entorno más amigable para todos, fomentando una mejor interacción con sus productos y servicios».
En esta misma línea, Chele Esteve, directora de la Cátedra de Brecha Digital y Diversidad Funcional de la Universidad Politécnica de Valencia, subraya también la importancia de un enfoque inclusivo desde las primeras fases del desarrollo tecnológico para superar esta exclusión digital. Según Esteve, «es esencial que los desarrolladores y las empresas adopten un enfoque inclusivo desde el principio y que las plataformas se adapten a las necesidades de todos los usuarios, atendiendo a los diferentes tipos de discapacidad».
Para todos
La directora también reconoce la complejidad del desafío, dado que la inclusión «significa para todos», lo que implica considerar una amplia variedad de discapacidades. Esto puede suponer un reto técnico, ya que las soluciones deben abarcar desde las discapacidades visuales, auditivas y motoras, hasta aquellas relacionadas con el ámbito cognitivo. Además, hay que tener en cuenta la brecha digital que afecta a quienes no tienen acceso a estos recursos por motivos económicos.
Para avanzar más para en la concienciación, desde la UPV brindan tres guías formativas y un curso online con herramientas e información necesaria para hacer más accesibles sus documentos, páginas web y redes sociales, tanto particulares como profesionales. «El objetivo fundamental es que, a través de estas guías y del MOOC (Massive Online Open Courses), se promuevan acciones concretas para avanzar hacia la meta de la accesibilidad digital universal». También promueven actividades y validan experiencias digitales en el contexto del metaverso para «facilitar la interacción y promover la participación con contenidos que creamos sea accesible para todas las personas, independientemente de sus capacidades o discapacidades.
El reto reside en resolver el hecho de que muchas plataformas no prioricen la accesibilidad desde el origen, es decir, desde su diseño.
Desde el Observatorio de la Vulnerabilidad de la Fundación Adecco aseguran que es fundamental generar una cultura de la diversidad e inclusión en las empresas y en la sociedad en general. Sensibilizar y formar a los futuros desarrolladores o diseñadores web para tener en cuenta las características y circunstancias de las personas con discapacidad. Si se tienen en cuenta desde el principio las circunstancias de las personas con discapacidad no sería necesario realizar adaptaciones, sino que podrían ser usuarias en condiciones de igualdad.
Certificaciones
Sin embargo, la accesibilidad no solo depende de los grandes actores. Organizaciones sin ánimo de lucro como la W3C (World Wide Web Consortium) han desarrollado las Directrices de Accesibilidad para el Contenido Web (WCAG), con la versión WCAG 2.2 actualemente en vigor, un estándar global que guía a los desarrolladores para crear experiencias más inclusivas y accesibles tanto de administraciones públicas como de empresas privadas. Mediante auditorías técnicas y revisiones manuales, organizaciones especializadas en accesibilidad, como entidades gubernamentales, ONGs y consultoras certificadas son las encargadas de ratificar el cumplimiento de los criterios establecidos, asignándoles sellos de accesibilidad digital y autentificando la Declaración de Accesibilidad Web.
El temor a sanciones y las posibles ventajas competitivas anima a hacer los deberes
En el ámbito del 'ecommerce' estas pautas cobran una gran importancia. Ofrecer descripciones detalladas y precisas de los productos con información clara sobre características como el tamaño, el color, los materiales o las funciones del producto. Los textos alternativos en imágenes ('alt text') son igualmente importantes para que estas personas puedan interpretar lo que aparece en pantalla sin depender de contenido exclusivamente visual.
Proceso de compra
Además, es fundamental que los botones de navegación y acción, como 'añadir al carrito' o 'finalizar compra', sean lo suficientemente grandes y claramente visibles. Botones pequeños o mal ubicados pueden resultar difíciles de clicar para quienes tienen problemas de visión, usan dispositivos de entrada alternativos o simplemente tienen dificultades de coordinación.
Otro punto esencial es que el proceso de compra sea claro y sencillo. Las plataformas de 'ecommerce' deben evitar pasos innecesarios y ofrecer indicaciones claras para cada fase del proceso de pago. Formularios con etiquetas claras y ayudas contextuales son fundamentales para personas con discapacidades cognitivas, que pueden necesitar más tiempo o explicaciones adicionales para completar la compra.
Actualmente, la conciencia social es creciente y la situación tiende a mejorar, recalca Jesús Hernández. «Cada vez más, pequeñas y medianas empresas tanto españolas como extranjeras, se interesan por implementar la normativa europea y abrirse a dicho mercado, ya que el incumplimiento de estas normativas, puede conllevar sanciones y limitar el acceso a un mercado amplio y competitivo». De hecho, las infracciones por no cumplir la norma UNE-EN 301549, ya sean leves o graves, fluctúan entre los 300 hasta los 90.000 euros.
Sin olvidar, puntualiza Hernández, que «España actualmente promueve la implementación de estas políticas sobre accesibilidad en los estados miembros. De hecho, la Fundación ONCE ha sido seleccionada por la Comisión Europea para liderar el Centro Europeo de Accesibilidad ('AccessibleEU') con el objetivo impulsar herramientas y normas orientadas a facilitar dicha accesibilidad».
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