Hazte premium Hazte premium

Tenis

Nadal alarga la esperanza de otro Roland Garros: «No quiero cerrar esta puerta al cien por cien»

El balear asume que no llega perfecto, pero eleva la ilusión: «El tiempo de sentirme competitivo y libre de movimientos es insuficiente, pero la realidad lo dirá», comenta a dos días de estrenarse con Zverev

Dónde ver en televisión y online a Rafa Nadal hoy y a qué hora juega contra Zverev el partido de Roland Garros

Alcaraz y Medvedev, felices de que no les hubiera tocado Nadal en primera ronda

Nadal, durante un entrenamiento en Roland Garros 2024 EP
Laura Marta

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No es un partido, pero la Suzanne Lenglen luce como si fuera, al menos, una semifinal de las gordas. Llenas las gradas y con colas para esperar su turno para entrar. Es sábado, día de familias y niños en Roland Garros y en esa coqueta pista comparece Rafael Nadal en otro de esos entrenamientos a pleno rendimiento de hora y media, esta vez contra Holger Rune, con la que se prepara para esta edición del torneo tan especial.

Tiene después otra sesión de práctica, y sets de casi partido oficial contra grandes jugadores todos ganados: Korda, Medvedev, Wawrinka, Navone y Rune. Y aporta ilusión, como incide en su paso por una sala de prensa abarrotada porque nadie se quiere perder estas primeras palabras del campeón de 14 Copas de los Mosqueteros.

Expectante el personal con ese debut contra Alexander Zverev, que en 2022 fue una semifinal, nadie, sin embargo, tiene la convicción de que no pueda el español ser el Nadal en el que se convierte siempre en París y completar otra maravilla. Llega con pocos partidos, después de un 2023 en blanco con una operación, y contra un Zverev que ha crecido muchísimo en tierra y que viene de ser campeón en Roma, aunque con un cuadro sin grandes batalladores, todo hay que decirlo.

El balear se enteró de sopetón, explicaba después: «Estaba jugando al parchís y alguien me dijo el sorteo. La reacción es algo que esperaba en alguna forma. Es parte del tenis cuando no eres un cabeza de serie. No sé si es suerte o no suerte. En teoría no es el mejor cuadro, es uno de los rivales más difíciles. Así que, ¿qué puedo hacer? Solo estar preparado para ello. ¿Más nervioso? No. Se puede producir un desastre como en Roma, por supuesto. Pero en mi mente hay otra cosa: la oportunidad de ser competitivo otra vez. No he jugado contra estos jugadores y este nivel desde hace mucho tiempo. Esto que me preguntáis también me lo hago también. Es sobre la sensación. No es el estreno ideal, pero es lo que es. Y quiero estar preparado».

Admite que no llega perfecto, que las sensaciones de Roma no fueron las mejores, que ha crecido en esta semana en París porque ya es libre de movimientos. «No sé cómo llego de competitivo. Porque la competición me dice que hace una semana hice un desastre en Roma, perdí 6-1 y 6-3. Pero internamente me siento mejor. Me ha tocado uno de los peores rivales posibles en la primera ronda y no ayuda, pero es lo que hay». Quiere dejar las cosas claras desde el inicio, aunque solo pone más dudas que se resolverán con el tiempo: «Sigo pensando en que sea mi último Roland Garros, que hay muchas posibilidades de que lo sea. Pero si me obligáis a decir si será el último, no estoy en disposición de decirlo al cien por cien, por suerte. Si me tienen que hacer un homenaje en la pista o no, va a ser espontáneo con el público y no es necesario. Si vuelvo jugando ya me lo harán. Y si no, lo harán como llegue en otra ocasión».

Quería venir a Roland Garros sí o sí, aunque pusiera alguna incógnita después de Roma, que fue un «desastre» por las sensaciones y el resultado contra Hubert Hurkacz. «Mi sentimiento es que no había mejorado después de mi último partido. Mi reacción fue que quería jugar aquí y tenía que comprobar los días de después el nivel de tenis, de mentalidad, aspectos físicos. Inmediatamente no quería decir nada después de ese partido en Roma. Quería darme unos días para ver cómo me sentía en todos esos aspectos. Y me sentí mejor, mentalmente con muy buena motivación y me siento mejor físicamente también. Estoy mejorando y tengo menos limitaciones que hace unas semanas».

Sobre esas menos limitaciones se explayó después en palabras aunque lo ha ido expresando en la pista, con entrenamientos de nivel y todos sus sets contra jugadores top ganados: Sebastian Korda, Stan Wawrinka, Daniil Medvedev, Mariano Navone y Holger Rune. «Es la primera vez desde que volví que estoy entrenando muy bien y corriendo de una forma adecuada, sin limitaciones y eso me anima. No sé si tendrá repercusión en el lunes, porque llevo mucho tiempo sin jugar a este nivel. Pero para mí es maravilloso y es difícil de pensar desde hace un tiempo. Desde el fondo de mi corazón siento que si no pudiera hacer un buen resultado aquí, no estaría aquí. La motivación está ahí y es una esperanza de jugar bien aquí. He mejorado mucho en los entrenamientos, sobre todo en los movimientos». Si será suficiente o no, lo verá a partir del lunes, su estreno con Zverev: «Estoy agradecido de estar aquí y de darme una oportunidad más. Puede que la última, puede que no. No quiero crear confusión. Me siento competitivo en los entrenamientos, quizá no tanto en los partidos. Y tengo más confianza que otros. Vamos a explorar».

Vuelve a reiterar que nunca dijo que este sería su último Roland Garros. Que hay muchas opciones, pero no quiere sentir que no lo ha intentado de forma efectiva y sin dolores, un poco más: «Las limitaciones que me quitaban la ilusión de seguir son menos. Si eso se alarga en el tiempo, creo que puedo seguir siendo competitivo. No quiero sentir que me retiro y lo he intentado ¿una semana? Es que no he tenido la opción de hacerlo mucho tiempo físicamente bien. Llevo dos años sin jugar, una operación con una recuperación muy larga, me vuelvo a lesionar. Y si me lesiono otra vez en un mes, pues lo sentiré, esto se acaba. Es lo que me ha pasado. Madrid sí sabía que era el último. Pero hay otros torneos que me he quedado sin jugar. Tengo el apoyo de la familia y quiero explorar hasta dónde puedo llegar. Vamos a ver qué pasa».

«Hay muchas posibilidades de que será el último, pero si me dices si lo digo al cien por cien, pues no. He pasado por un gran proceso de recuperación, sufriendo mucho, hasta encontrarme mejor ahora. Reacciono por mis sensaciones y me siento mejor que hace un año y medio. No quiero cerrar esta puerta al cien por cien. Mi familia y yo estamos disfrutando en este proceso. No he sido capaz de jugar bien físicamente. En un mes y medio a lo mejor siento que vale, es suficiente o no.

Para él, Roland Garros es mágico, que entrenar aquí esta semana le hace más bien que jugar otros torneos como Lyon o Ginebra, como ha hecho Djokovic. Pero no tanto como para hacer que su cuerpo llegue perfecto de sopetón, bromea. Pero sí recuerda que ha hecho cosas para llegar a este punto en el que se siente competitivo, al menos en los entrenamientos. Eso sí, agradece todo el cariño que está recibiendo en cada pista que pisa. «Solo puedo agradecerle a la afición, a los jugadores, el amor que me transmiten. Es mucho más importante que los resultados. Crear esta imagen de que la gente quiere verte es para sentirse muy orgulloso. Es genial sentir el cariño de todos los que están involucrados en el tenis en cada sitio en el que he jugado».

También en 2022 llegó muy mal, con un pie que no sabía cómo hacerlo funcionar y con una gran decepción en Roma, derrota en segunda ronda contra Denis Shapovalov. Pero no ve similitudes. El proceso ha sido otro. «Es muy diferente. Estaba muy mal del pie, salí cojo de Roma. Pero mi nivel de tenis era muy alto, había ganado Australia y me rompí la costilla en Indian Wells. Me dormí el pie y me permitió jugar. Estar bien y ser competitivo estaba cerca. Ahora lo siento de otra manera. Empezamos de muy muy atrás, la más de toda mi vida, y con dos años más. Y encima no vengo como cabeza de serie. No se pueden comparar». Pero es Nadal y sabe que se transforma en la Philippe Chatrier: «Tampoco me cierro la puerta a nada. Me siento entrenando bien, pero después no tengo un baremo porque he jugado poco contra estos jugadores top. No tengo la concentración, los automatismos, lo que se construye con las semanas poco a poco; no he tenido tiempo para hacerlos. Ahora un poco más, pero he jugado muy limitado, con muy poca movilidad y afecta al rendimiento diario. Y también a la ilusión diaria. Llevo una semana y algo con una sensación diferente y me ilusiona para poder comparar. Soy consciente de que es una utopía. Pero si no tuviera un mínimo de esperanza de poder jugar bien, no estaría aquí».

Por eso, se desmarca con frases que le llegan también del corazón: «Estos entrenamientos me dicen que no estoy tan lejos. No llego perfecto, pero estoy siendo competitivo en todos los entrenamientos contra gente importante. La pena es que está muy cerca ya y ha pasado muy poco tiempo. Es la primera semana en la que me siento libre de jugar pensando en la pelota y nada más. He pasado mucho tiempo pensando en qué movimiento puedo hacer o no, me ha lastrado muchísimo. Y te va minando. A priori ese tiempo de sentirme competitivo y libre de movimientos es muy insuficiente, pero la realidad lo dirá».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación