Sevilla FC
No tocó plata, pero el sevillismo lo valoró como oro
Si el símil atlético del «preparado» y «listos» sirviera para definir las dos primeras etapas del proyecto, la próxima campaña debería ser la del «ya»
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Iniciar sesiónNo tocó plata, pero al sevillismo la temporada de los suyos le ha parecido de oro. Desde aquella Supercopa ante el coloso Bayern que se escapó en un mano a mano entre En-Nesyri y Neuer que el marroquí no acertó a resolver, hasta el ... gol elíptico del Papu al Alavés que certificaba el récord de puntos histórico en la Liga, pasando por el frustrada victoria en Valdebebas, que bien podría figurar en la vitrina de los trofeos inmateriales de la entidad por las consecuencias que tuvo el empate en la lucha madridista por el título de Liga. Aún hoy llora merengue Zinedine Zidane cada vez que recuerda el tropezón en la piedra sevillista.
Si ya la pasada campaña, la del retorno de Monchi y su apuesta por el entonces vilipendiado Lopetegui, estuvo revestida de gran brillantez, no sólo por la conquista de la sexto título de la Liga Europea y la clasificación para la Champions, sino también por la dificultad que supuso forjar un grupo sólido en poco tiempo tras la revolución en los componentes de la plantilla que realizó el director deportivo, en esta se rizó el más difícil todavía en el circo futbolístico: con un par de semanas sólo de descanso, el plantel fue el primero en entrar en competición y el último en cerrarla en la Liga, disputando más partidos que nadie, ganando más y más seguido que nunca, recibiendo menos goles que jamás de los jamases y elevando a su entrenador a lo más alto del podio de los banquillos de Nervión en un puñado de récords parciales.
Si el símil atlético del «preparado» y «listos» sirviera para definir las dos primeras etapas de un plan trienal del binomio Monchi-Lopetegui, la próxima campaña debería ser la del «ya». Si este año se peleó hasta cuatro jornadas antes del final por el título, ahora, con la base hecha, los errores en la confección de la plantilla detectados, las necesidades conocidas y, a diferencia de la mayoría, dinero procedente de algún traspaso y de lo que asegura la Champions, ahora, parece el momento de dar el penúltimo salto de calidad. Y de que su gente, rebosante de nuevo el Sánchez-Pizjuán, lo disfrute.
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