Pintores con lienzo, pero sin pintura
Está por ver que las figuras que al final incorpore Monchi a su cuadro de nuevo retocado sean principales o decorativas
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Iniciar sesiónHace dos temporadas, recién regresado de Roma y, por extensión, aún sobrecogido por esa sobredosis de arte que aqueja a quienes se sumergen de verdad en la vida de la capital italiana, Ramón Rodríguez Verdejo no pudo evitar que su alter ego profesional, Monchi, comparara ... la confección de la plantilla sevillista a un cuadro y a su labor de director deportivo a la de un pintor. Un año después, ya en pandemia, decidió retocar lo que había sido su revolucionaria obra pictórica para poder exhibirla en los mejores «museos europeos». Ahora, el pintor está pendiente de poder comprar pinturas para añadir nuevas figuras a su obra, pero está por ver si estas aparecen al final en el lienzo como principales o decorativas. O tal vez se tenga que reciclar, convertirse en escultor y trabajar con materia barata como el barro.
Si el retratista se nos convierte en tallista, acaso pueda aparecer por la ciudad deportiva algún busto que convenza a Julen Lopetegui, el maestro de obra, al que no vemos tratando de modelar de nuevo a tipos como Idrissi, Rony Lopes o Amadou, por no hablar de Gagnon, materia prima con la que sólo el colombiano Fernando Botero se atrevería a trabajar. Si acaso, el de Asteasu se detendrá en perfilar la figura de bambú que responde al nombre de Bryan, ahora dando clases aceleradas de japonés. Menos cepillo y más lijadora deberá usar con el barbateño, una de las revelaciones de la Liga pasada, al que conviene mantener su desborde natural y fútbol vertical si se le quiere útil y no testimonial. De él dijo Mendilíbar, el sargento de hierro que le enseñó a sufrir en Éibar, que es un raro espécimen que al recibir el balón se va derecho hacia los defensas para driblarlos, en unos tiempos en que el pasecito al lado o hacia atrás hacen apología del bostezo.
Dando por hecho que en este mercado estival no habrá grandes operaciones, parece claro que quien venda bien una de sus joyas –inevitable pensar en Koundé- y aproveche la tiesura ajena, puede marcar diferencias luego durante la temporada. En la pasada, el Atlético ya aprovechó su oportunidad. La próxima espera a quien sepa imitarlo.
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