La letra pequeña del reglamento arbitral
La decisión de Anthony Taylor de dar por válido el gol de Mbappé es un ejemplo palmario de interpretación torticera de la norma
Mbappe
Un árbitro nacional de golf, a quien le mueve el amor por su deporte y no suele cobrar un euro por su trabajo, debe pasar unas «oposiciones» que ríase usted de las de un notario. Si además se atreve con el carnet de internacional, le ... convalidan tres cursos de ingeniería de caminos. Es así porque el reglamento recoge todas las variantes posibles que pueden darse en el juego y deja poco margen a la «creatividad» del juez. No sé lo que estudia un árbitro de fútbol, pero a la vista de la flexibilidad de interpretación que le otorga la normativa, en los exámenes tipo test tres de las cuatro respuestas del cuestionario pueden dárselas por buenas.
La decisión del árbitro Anthony Taylor de dar por válido el gol de Mbappé en el España-Francia del domingo es un ejemplo palmario de interpretación torticera del reglamento. El francés está en fuera de juego cuando le es pasado el balón, hace por él y se aprovecha de ello para batir a Unai Simón. El árbitro le dirá después a Eric García que debió inhibirse y no hacer por desviarlo para dejar en orsay al francés. No hay defensa en el mundo que actúe así, porque tendría que saber con anterioridad si el atacante está en posición antirreglamentaria o no. De no estar seguro, lo empitona el toro con seguridad: o deja pasar el balón para que el delantero en posición legal marque, quedando él como un gili de libro, o se arriesga a habilitar al truhán. ¿Es ese el espíritu de la norma, favorecer al infractor?
El problema del fútbol, con o sin VAR , es la letra pequeña del arbitraje, ese apéndice no escrito del reglamento que permite al juez hacer literalmente lo que le da la gana. El inefable Iturralde González, ayer de yerro en yerro, hoy comentando los errores ajenos, decía que el gol francés era legal porque la matización del artículo 2 de la regla 11, que se pitará fuera de juego en caso de «salvada» (desvío del defensa en balón filtrado camino de la portería) no era aplicable, pues la norma exigía la cercanía de la línea de gol. «Camino de la portería o muy cerca de ella», dice textualmente la IFAB. El metro también se lo apropian.
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