Autocrítica y rediseño hacia la filosofía del éxito

Allí se dieron cita los cerca de 5.000 socios que confirmaron su asistencia, los cuales comenzaron a ocupar desde las 20.15 horas las gradas instaladas frente al escenario principal. En el centro del mismo lucía el trofeo de la Liga Europa que conquistó el equipo sevillista hace algo menos de un mes en Budapest, el cual pasaría luego a formar parte de un photocall.

Con algo de retraso comenzó el acto en sí, dando inicio con una serie de vídeos relativos a las temporadas 1997-98, 1972-73, 1962-63 y 1947-48, en referencia a los cursos en los que los homenajeados se sacaron su primer carnet y, hasta hoy, lo mantienen de forma ininterrumpida. Tras rendir homenaje a estos aficionados que cumplen 25, 50, 60 y 75 años como socios, y antes de que el presidente José Castro pronunciara su discurso, tuvo lugar un espectáculo de luces en la emblemática plaza sevillana, en la línea de los espectáculos que vienen sucediéndose en dicho enclave estos días. Inmediatamente después, como antesala de las palabras del máximo mandatario, se emitió un vídeo resumen de la temporada 2022-23 que acaba de finalizar, en el que se mostraron varios de los goles anotados por los sevillistas este curso.

Después de todo esto, ahora sí, Castro tomó la palabra durante la ceremonia, emitiendo un discurso sustentado en dos puntos: el valor de la afición del Sevilla y la autocrítica de cara a la planificación de la temporada 2023-24.

Eso sí, como ya hicieran en anteriores ocasiones a lo largo de la temporada, los sevillistas mostraron su crispación y descontento hacia el presidente. Es más, nada más situarse Castro ante el micrófono, comenzaron a sonar pitos desde las gradas instaladas y la zona baja de la plaza, a lo cual otro sector de los socios respondió con aplausos.

Cuando se hizo el silencio, Castro comenzó su discurso: «Quiero poner en valor este encuentro, único y pionero en el fútbol español, con el que el Sevilla viene reconociendo desde hace años el compromiso y la fidelidad de nuestros socios incondicionales», dijo de primeras, pasando seguidamente a dar las «gracias en mayúsculas a todos» los que asistieron a este evento; en especial, a aquellos socios que cumplen 25, 50 y 75, a quienes felicitó por tal hecho. En la misma línea, el presidente sevillista continuó dando las gracias «por vuestro compromiso. Esta época de bonanza del siglo XXI se cimenta sobre vuestra fidelidad inquebrantable en estas décadas».

Fue en el siguiente punto de su comparecencia, el referente a los errores cometidos durante el pasado curso y al esmero del Consejo de Administración por afrontar la planificación de la nueva temporada, cuando los pitos volvían a hacerse notar en la Plaza de España. No quedó ahí el asunto, puesto que incluso buena parte de los aficionados abandonaron los sectores desde donde se presenciaba el escenario para dirigirse a la parte de atrás, donde posteriormente tendría lugar la cena coctel a cargo de Robles.

Entre estos pitos que surgían entre los asistentes, Castro prosiguió con su discurso, recordando las dificultades de la campaña 2022-23: «Nos quedamos con lo bueno, pero también con lo malo. Tenemos que identificarnos y corregir errores. Lo hacemos. Hacemos autocrítica. Somos conscientes de que siempre hay margen de mejora», comentó, añadiendo posteriormente que «nuestro objetivo es reconfigurar nuestra filosofía hacia el método que ha dado éxito. Desde ya trabajamos para hacer la mejor plantilla posible para la 2023-24, en una nueva temporada en la que estaremos en Liga de Campeones. Lo hacemos con la ilusión y determinación de seguir creciendo, y con la convicción que el Sevilla será de nuevo llevado en volandas para la consecución de nuevos objetivos».

Finalizó el discurso del presidente nervionense después de recordar el compromiso del club con la afición, ejemplificado en «la partida de más de un millón de euros que destinamos para sufragar el desplazamiento de miles de aficionados hacia la final de Budapest». Tras la ceremonia, los socios asistentes continuaron la velada disfrutando de un cóctel y del fin de fiesta.