Pimienta exprime un banquillo muy corto y ya piensa en el mercado de invierno

En lo deportivo, García Pimienta se vio con el deber de ganar ante un rival tan incómodo como el Getafe de Bordalás y con las bajas concentradas en el eje que vertebra al equipo, además de tener a su mejor central fuera de juego. Un panorama que se vio empeorado por el desgaste de los siete internacionales que se concentraron con sus selecciones en diferentes puntos del mapa. Ante esta tesitura, el técnico catalán volvió a tirar de ingenio y confeccionó un once titular parcheado, pero que dio resultado.

Sin ser un gran partido, al Sevilla FC se le pudo ver más cómodo en ambas áreas. El remiendo del centro del campo fue funcional, puesto que Gudelj, Sow y Peque le dieron protagonismo a esta zona y la pareja Marcao-Nianzou fue relativamente contundente. No obstante, en este arranque liguero ha quedado en evidencia que a García Pimienta le faltan mimbres para desarrollar de forma óptima su juego. El catalán ha mostrado su capacidad de adaptación a los perfiles de los que dispone, pero es una evidencia que este nuevo Sevilla está corto de fondo de armario.

Durante la pasada planificación de verano, la dirección deportiva sevillista cerró más de una veintena de operaciones entre entradas y salidas. El principal objetivo de la entidad blanquirroja fue la de soltar masa salarial a espuertas. De esta forma, el club ha pasado de tener un coste de plantilla de 160 millones a 110 millones. Un ahorro palpable, pero no suficiente para las maltrechas cuentas. LaLiga estimó que el Sevilla debería tener una plantilla de 2,5 millones de euros tras descontar las pérdidas de los últimos tres años y el presupuesto de ingresos previstos a fecha de julio de 2024.

Este límite salarial del Sevilla no le impide fichar, aunque sea un club excedido. Lo que sí debe es generar ahorros superiores al coste de los jugadores que inscriben. Tal y como han confirmado a este medio fuentes del club, la dirección deportiva cuenta con un remanente para invertir en fichajes en el próximo mercado de invierno. De hecho, la venta de Lucas Ocampos les ha dado margen a la hora de poder inscribir a los que vengan de nuevas. Eso sí, de los siete millones de euros de este traspaso, el Sevilla sólo podrá invertir la sexta parte de lo ingresado, puesto que es la penalización de LaLiga por tener excedido el límite.

Ante estas limitaciones económicas, el Sevilla ha tirado de ingenio este pasado verano. Ha confeccionado un equipo prácticamente nuevo invirtiendo ocho millones de euros en traspasos y tirando de cesiones. Aun así, las ocho incorporaciones se antojan cortas y la planificación de enero ya ha empezado a cocinarse.

Tras analizar el arranque liguero, hay varias líneas que requieren un refuerzo. La venta de Ocampos dejó en evidencia que el Sevilla persigue un delantero rematador. Se tanteó al excolchonero Memphis Depay, pero sus pretensiones estaban fuera del alcance de los de Nervión. Finalmente, el neerlandés ha recalado en el Corinthians y cobrará algo más de once millones de euros. Ahora, Víctor Orta peina el mercado para conseguir un atacante con finalización. El Sevilla es el segundo equipo que más dispara a puerta, pero sólo lleva cuatro goles en cinco partidos.

La creación es otro punto débil. La medular sevillista es la que menos ha podido lucirse este mes de competición, puesto que es la que más bajas ha tenido. No obstante, Pimienta no ha ocultado su deseo de contar con un medio creativo que complemente a los perfiles que ya hay dentro de la plantilla. Otra necesidad, aunque más secundaria, es la del central. Los de Nervión advirtieron que esta zona estaba cubierta, pero el fuerte interés por Badé podría derivar en una buena venta y, por tanto, en la llegada de un sustituto.