Sevilla fc
Juanlu, historia del purasangre de Nervión
reportaje
Su familia, los entrenadores de su escuela y sus agentes engloban la arcadia feliz del niño de Montequinto
Admirador primero de Jesús Navas, sigue formándose a una edad en la que las promesas ya no estudian
Juanlu, convocado por la selección española sub 21
Carlos Pulido, Alejandro Campano, Quino Sánchez, Chesco Garramiola, Félix Vázquez y Carlos Sánchez posan en el campo en el que se crio Juanlu Sánchez
El día que Jesús Navas debutó con el Sevilla, un 23 de noviembre de 2003, que sin temor a equívoco fue una de las fechas más importantes del club en toda su historia, un tal Juan Luis Sánchez Velasco aprendía a dar sus primeras ... carreras por el núcleo residencial de Montequinto. Hay quien asegura que bajo algún lugar en el que brota el césped fértil y reluciente de la José Ramón Cisneros Palacios, a muy pocos metros de la que aún es su casa, anda escondido su certificado de nacimiento. Su primer carné. Porque el distrito perteneciente a la ciudad de Dos Hermanas es sin duda el lugar más cercano al semillero que crece de camino a Utrera para que luego fecunde en Nervión. Por eso nadie en su sano juicio le puede decir a Juanlu que no sea sevillista desde la cuna, en su primera hora, y desde esta temporada, tampoco que no sea jugador de pleno derecho de la primera plantilla en la que siempre ha soñado estar. Del sueño a la realidad había un paso y era tan grande como el que ha dado el sevillano, que ha tumbado la pesadísima puerta de todos los canteranos que anhelan aparecer en esa lustrosa valla de campeones.
Conocida su irrupción en los pensamientos de Mendilibar, y tras confirmar Víctor Orta en verano que su cesión en el Mirandés en el curso pasado le había servido para crecer como experimentado jugador de banda, ABC de Sevilla reúne al círculo más personal de Juanlu: su padre, su hermano Carlos, del que dicen que será mejor aún, los entrenadores de su primera escuela y sus agentes; todos ellos fervientes soñadores por que el jugador de Nervión vuelva a defender la camiseta de la selección española, a la que no ha dejado de faltar en sus escalafones inferiores hasta que el virus tapó con una negra sábana ese escaparate. En este reportaje, sólo un día ha pasado desde que Juanlu ha tenido su segunda participación en una Champions League en la que ya debutó, ante el Lens, en Nervión. En toda una plaza como es Eindhoven, este campeón de la sexta Europa League sevillista viene de servir su primera asistencia en el máximo torneo continental del fútbol a un En-Nesyri que estuvo a punto de rematar el partido de no ser por el empate final del PSV (2-2).
Parece una jornada más, pero todo son sonrisas en en el campo de fútbol del Colegio San Alberto Magno de la ciudad nazarena, donde se crio la campeona del mundo Olga Carmona, y en otro tiempo se dieron cita dos clubes que se antojan vitales para contar los primeros pasos de la promesa: Los Caminantes, por un lado, donde Juanlu dio sus primeras patadas a un balón como prebenjamín antes de que dicho proyecto se aliara con el San Alberto Magno, para siempre su segunda casa. Mucho antes de esa afiliación, Juanlu ya despuntaba en ese segundo cuadro y tuvo a varios tutores como benjamín y alevín, antes de que lo fichase el Sevilla para formar parte de su cantera. Y a partir de ahí, soñar más fuerte. Soñar tanto como lo hicieron su padre Quino y su hermano Carlos Sánchez, hermano menor de Juanlu, que ahora cumple su 13ª temporada en la cantera sevillista, militando ahora como juvenil de segundo año en un equipo que ha arrancado líder de su liga gracias, en parte, al papel preponderante que tiene en dicha plantilla.
Apuntando muy alto
Aunque no lo diga con la boca grande, Carlos puede ir diciendo que su hermano ha aprobado las oposiciones de un Sevilla de Champions al que asegura no elegir cuando los dos juegan al FIFA porque, dice, entre risas, no tiene nivel suficiente como para poder ganar sus partidos: «Mi hermano lleva muy bien eso de llegar al primer equipo, se lo ha currado mucho. Ahora está ahí metido ya, es un chico muy familiar y tiene mucha humildad», refleja el pequeño de la familia Sánchez Velasco, que ha heredado el estirón y los dos ojos grandes con los que su hermano asaltó el filial cuando sólo tenía 15 años. Aunque dicen que es Carlos quien mejora la especie con un plus de calidad. Será el futuro quien dicte si Quino, padre de familia y Guardia Civil en la reserva tras 40 años de servicio, se emocionará algún día en Nervión viendo a los dos con la camiseta que sienten como ninguna otra. «Estoy muy contento por que se haya podido quedar en el Sevilla. ¿Si mi hijo será el heredero de Jesús Navas? Eso son palabras mayores, muy mayores. Lo importante es que lo quiere el sevillismo. Pero está donde quiere estar. La ilusión de Juanlu es quedarse aquí, pero ya se sabe cómo va el fútbol. Ahora va a aprender mucho con Jesús (Navas), que para él es su ídolo», abunda el padre de Juanlu, que reconoce que el lateral no suele hablar mucho del día a día con Mendilibar. «¿La sub 21? Leí en ABC de Sevilla que estaba en la prelista, pero ya lo estuvo la última vez y no lo llamaron. Ya veremos», concluye, pocas horas antes de saber que el primero de sus vástagos volvería a defender el escudo de su país tras la llamada de Santi Denia.
Aprendiz de Navas
Al pasar al equipo alevín del Sam-Cam, fue Félix Vázquez quien decidió que, de forma excepcional, el nivel de Juanlu venía pidiendo que estuviese con los de segundo año pese a ser de primero. «Me llamó Chesco Garramiola, por entonces en el Sevilla, y ahora uno de sus representantes, y me dijo: 'Félix, te voy a pasar a Juanlu, y este niño tiene que salir porque tiene muchas cualidades. Sácale el rendimiento que puedas porque este tiene que ir para el Sevilla'. Esas fueron sus palabras. Recuerdo que es mejor empezar por cómo es como persona, porque es excelente. El grupo era muy bueno, pero él sobresalía por su madurez. Era un amante del esfuerzo. Yo lo veía primero como deportista y después como futbolista», aclara el veterano Vázquez, que ya divisaba la calidad del quinteño, quien siempre construía en favor del juego pese a ser tan pequeño, asumiendo una responsabilidad de la que parece hasta disfrutar ahora que acumula minutos en lo más alto con Mendilibar, que ha sido su gran valedor.
Cuando se le pregunta a Chesco Garramiola qué significa Juanlu en su vida profesional, a quien acompaña en su camino junto al exfutbolista Campano en la agencia Promoesport, le embarga la emoción: «Un hijo no es, porque tiene a su padre. Pero es una persona especial. Un deportista que tiene todos los parámetros no sólo para ser futbolista de élite, también podría haber llegado a lo más alto en cualquier deporte. Es una persona que escucha y quiere aprender. La formación de su casa es fundamental», señala este curtido profesional del fútbol base, que conoce bien cada rincón del Ramón Sánchez-Pizjuán. «Él no es Jesús Navas, él es Juanlu Sánchez. Te dice que cumple un sueño porque aprende del mayor embajador del Sevilla. Él no tiene prisa, no se enfada, no se frustra. Es importante transmitirle a los niños que todo llega. No es alguien que se enfade con malas caras cuando las cosas no salen», expone.
Su otro guardián deportivo, Campano, otrora futbolista del Mallorca y también del Sevilla, le da más consejos y afirma: «Se ha ganado todo lo que le está sucediendo. Nadie le ha regalado nada», declara. Es su padre Quino quien bisbisisea el último deseo de la familia Sánchez Velasco después de que su hijo mayor se haya matriculado en el Joaquín Vedruna para un módulo de Educación Física. El más especial: «Ojalá pueda ver a los dos hermanos jugando en el Sánchez-Pizjuán. Pero a ver si terminamos primero de ver a Juanlu instalado definitivamente. Juanlu es más físico y Carlos es más de calidad, de la antigua escuela sevillana. Yo creo que si los juntáramos, saldría el jugador perfecto».
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