El DeLorean no funciona, Doc

Regreso al Futuro, se llamaba la película. Era un poco lo pretendido por el equipo de Nervión: regresar al pasado para proyectarse con más fuerza en el futuro gracias a la salvación de un encuentro que, de jugarse cuando debió, habría resultado probablemente bastante aciago, pero que con las ilusiones renovadas de un nuevo entrenador podría haber contribuido a atenuar ligeramente las nefastas sensaciones de esta primera mitad de la competición.

Tras el feliz choque contra el Granada, todo fueron parabienes para Quique Sánchez Flores, a pesar de que no llevaba ni veinticuatro horas en el cargo. Elogios tan desmedidos, por extemporáneos, como resultan ahora las críticas, cuando el madrileño apenas lleva una semana como técnico del Sevilla.

Salió el equipo con un once muy parecido al presentado ante el Granada, pero con un cambio llamativo: prescindió de En-Nesyri y utilizó de falso nueve a Ocampos. También apostó por Rakitic como titular. Por lo demás, el equipo seguía sufriendo la merma de un banquillo diezmado, y con ese planteamiento el balón echó a rodar.

Durante toda la primera parte, el Sevilla resistió. Pero tras el descanso, enseguida, vino el primer y único gol del encuentro para el Atleti. En Regreso al Futuro hay una escena memorable: Marty McFly interpreta en la fiesta de fin de curso el célebre Johnny B. Goode, imitando el paso del pato de Chuck Berry. McFly acaba arrodillado sobre el suelo. Justo esta semana hemos conocido que Sergio Ramos debutaba como artista de la canción, en este caso acompañando vocalmente al grupo flamenco «Los Yakis». No se parece demasiado Sergio Ramos al Michael J. Fox de Regreso al Futuro, más bien, en el vídeo musical de los Yakis, parece como si El Barrio se hubiera zampado a los Peaky Blinders. Pero en el único gol del partido de ayer, el que dio el triunfo al Atlético de Madrid, Sergio Ramos se desparramó sobre el área, despejando un balón que acabó en las botas de Llorente a punto de caramelo para el gol. Como Michael J. Fox interpretando Johnny B. Goode, acabó dando el cante.

Pero fue un error inevitable. Más discutibles fueron los cambios que Quique Sánchez Flores introdujo cuando, con un jugador más por roja a Soyuncu durante veinticinco largos minutos, se abría la posibilidad de, al menos, empatar el encuentro. Meter a jugar a Januzaj y sobre todo a Rafa Mir, en lugar de apostar por alguna opción menos lastimosa, fue definitivamente una mala jugada. No solo no aumentó ni un gramo de pólvora en el ataque sevillista, sino que el Atlético de Madrid estuvo a punto de engordar la victoria, algo que solo el acierto de Dmitrovic evitó.

El gran propiciador de los viajes en el tiempo en Regreso al futuro era Doc, inolvidable prototipo del genio loco. Contra el Atlético de Madrid, el papelón recayó sobre un entrenador que prácticamente estrenaba chaqueta, y que nadie asocia con la genialidad sino más bien con el oficio. Un currante en esto del fútbol, que al llegar al Sevilla hace unos días aseguró que ha venido al club a arremangarse, porque es tiempo de cortar leña y transportar agua. Necesita tiempo, y hay que dejarlo hacer. Este test era complicado, porque probar a regresar al futuro contra un equipo como el Atlético de Madrid aventuraba desde el comienzo una mala película. El primer leño cortado ha sido un leñazo. Nos queda un enero movidito, pero no nos queda sino tener paciencia. Por nosotros no va a quedar: de eso andamos sobrados.