Las curiosidades que no conocías de la vida de Diego Alonso, el nuevo entrenador del Sevilla

Diego Alonso es primo y sobrino de futbolistas. Su primo Iván y él coincidieron en España en la primera década de los 2000. Iván triunfó en Alavés, Murcia y Espanyol. El hermano de Iván, Matías Alonso, sigue en activo en su país con 38 años y tuvo un paso también por España jugando en el Zamora o el Granada. El padre de ambos, Daniel, también fue futbolista.

De hecho, Daniel Alonso llegó a jugar en el Sevilla en la temporada 1975-76. Recaló en Nervión desde el Montevideo Wanderers, estuvo dos temporadas en las que sólo jugó 17 partidos con el primer equipo entre Liga y la Copa y después se marchó al Castellón.

El padre de Daniel y abuelo de Diego, Iván y Matías era español, natural de Castro Urdiales en Cantabria. Curiosamente, uno de sus equipos en España fue el Racing. Daniel consiguió la nacionalidad española gracias a su padre y eso permitió que sus hijos emigraran.

Sin embargo, Edgardo, el padre del nuevo técnico sevillista, no la solicitó y eso provocó que su hijo obtuviera el pasaporte europeo por vía italiana gracias a una de sus abuelas. El caso tuvo eco mediático a principios del 2000, ya que se investigaron los pasaportes de muchos de los extranjeros que jugaban en el fútbol español.

Su entrenador en Peñarol, Julio Ribas, lo bautizó como 'El Tornado', como el mismo explicó en una entrevista. El apodo era una forma de describir lo que le pedía que hiciera en el campo.

«Tenés que ser un tornado, tenés que ser una ráfaga, tenés que hacer lo que más le duele a los defensores, que no es hacerle goles, es marcarlos a ellos. Tenés que correrlos, triturarlos y eso solo lo puede hacer un tornado», le decía.

Diego Alonso fue en su etapa como jugador internacional con Uruguay y muchos de sus compañeros y a la vez competidores por un puesto en la delantera, pasaron por las filas del Sevilla. Marcelo Otero, Nico Olivera, Marcelo Zalayeta, Darío Silva o Federico Magallanes fueron algunos de los sevillistas que defendieron la camiseta de La Celeste con él.

Buena parte de la carrera de Alonso se desarrolló en España. El Valencia lo convirtió en uno de sus fichajes estrella en el verano del 2000. Los che pagaron 1.600 millones de pesetas al Gimnasia y Esgrima de la Plata argentino.

En Mestalla no cuajó y fue enlazando cesiones al Atlético de Madrid, el Racing de Santander y el Málaga. Tras un psso por el Pumas en México, regresó a España para jugar en el Murcia, donde no tuvo demasiados minutos en Segunda por culpa de las lesiones. En La Condomina compartió equipo con el canterano sevillista Alejandro Marañón.

Contra el Sevilla, no marcó ningún gol y jugó solo dos partidos, una derrota por 1-0 con gol de Casquero en el Sánchez-Pizjuán con la camiseta del Racing en la 2002-2003, y una victoria por 2-0 con el Málaga en La Rosaleda en la 2003-04. Ante el Betis también perdió su único duelo, una derrota en El Sardinero por 0-1 con gol de Joaquín.

A pesar de que el paso de Diego Alonso por el Valencia no fue brillante, el delantero formó parte del equipo que Héctor Cúper llevó a la final de la UEFA Champions League en 2001.

Alonso anotó 4 de sus 8 goles en el Valencia en aquella Liga de Campeones, pero todos en la fase de grupos y no tuvo minutos en ninguna de las eliminatorias, ni tampoco en la final en la que cayeron en la tanda de penaltis contra el Bayern de Múnich en San Siro. Antes, en 1999 también perdió la Copa América con Uruguay en la final ante Brasil.

Si hay un equipo en el que Diego Alonso dejó huella fue el Atlético de Madrid. En la temporada 2001-2022, el uruguayo jugó cedido en el Vicente Calderón. El equipo colchonero afrontaba su segunda temporada en Segunda tras el traumático descenso del 2000.

Alonso acabó el curso como máximo goleador de Segunda División con 22 dianas y fue el primer compañero de delantera de un imberbe Fernando Torres. De la mano de Luis Aragonés y sus tantos lograron volver a Primera.

Diego Alonso empezó su carrera como entrenador en Uruguay y ahí adiestró a un excompañero de selección con pasado sevillista como es Marcelo Zalayeta, que ya vivía sus últimos años deportivos de vuelta a Peñarol. Sólo lo entrenó en 8 partidos antes de ser destituido tras ganar nada más que uno de esos encuentros.

Después, su carrera siguió en Paraguay antes de dar el salto a México, donde consiguió sus mejores éxitos como entrenador en Pachuca y Monterrey. En el primero de ellos ganó un Clausura y su central titular era el ex seviillista Aquivaldo Mosquera. En Uruguay como seleccionador también dirigió a Martín Cáceres.

En Pachuca también logró ganar la Champions League de la Concacaf en la temporada 2016-17 y repitió el éxito con Rayados de Monterrey en la 2018-19. Fue el primer técnico que logró ganarla dos veces con dos clubes distintos, un récord que sigue vigente.

Su éxito en México le valió para que David Beckham lo eligiera como el primer entrenador del Inter de Miami justo tras el nacimiento de la nueva franquicia de la Major League Soccer de Estados Unidos.

Sólo dirigió 24 partidos y acumuló 7 victorias en un equipo que aún estaba lejos de tener en su equipo las estrellas con las que cuenta ahora, aunque sí llegó a adiestrar a Blaise Matuidi, Gonzalo Higuaín o al mexicano Rodolfo Pizarro.