Rogelio ya está enseñando la "tostá" en el Cielo
Lo que hubiese dado por ver una rosca de canon ribereño (“hay que darle un pellizco al balón con el dedo gordo”) o un cambio de 'sentío' suyo
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29 de enero de 2001. Dos curristas de cuna disfrutan de un mano a mano sin trastos de matar en las manos ni balón de fútbol en los pies. Rogelio Sosa y Manuel Ramírez Fernández de Córdoba hablan frente a frente. El reloj ... se ha detenido. Silencio.
–¿Qué es la “tostá”?
–Un regate que hacía en el Betis Manolito Ordaz. Ponerte de espaldas al contrario, echar la pelota por delante con la derecha y al ir el contrario a por ella, pisarla con la izquierda y salir de frente.
–¿Eso es lo que le hiciste a Griffa en el Metropolitano?
–Eso. Se la enseñé con la derecha, entró, la escondí con la izquierda, pasó de largo, se salió el césped, se metió en la pista de atletismo y freno como el “Correcaminos”. Cuando iba pasando se me ocurrió decirle: “¿Adónde vas?”. Y me contestó: “A matarte en cuanto te coja. Que te mato, que te matoooo”, iba gritando. Griffa era de los que eructaban detrás tuya para asustarte. En una jugada así, pero pegado al córner, fue cuando Migueli fue a por Rafaelito del Pozo. Rafael lo vio venir, se puso de espaldas y Migueli por poco lo embarca.
Busquen en la hemeroteca de ABC de Sevilla aquella charla entre un Séneca del periodismo y el César del fútbol en los albores del nuevo milenio. Búsquenla, porque no encontrarán mejor radiografía de quien otro monstruo de las letras, José Antonio Blázquez, apodó “la zurda de caoba”. Aquel día, Rogelio, hizo su undécimo “gol olímpico” en las páginas de ABC de Sevilla contando su trayectoria profesional, salpimentada por mil anécdotas que él relataba con la gracia de su Coria natal.
Su retirada coincidió con mis primeros pasos en el mundo del periodismo. Todo en él se hizo leyenda para mí a través de lo que me contaron sus coetáneos. Lo que hubiese dado por ver, sí, una tostá suya o una rosca de canon ribereño (“hay que darle un pellizco al balón con el dedo gordo”) o un cambio de sentido de los que hacían perder el sentío a la grada. Se nos ha ido quien grabó en el frontispicio del hogar balompédico una frase para la eternidad: “Correr es de cobardes”. Descansa en paz, Rogelio; tanta tengas como alegría y esperanza, verde viento, verde rama, regalaste a tu Betis.
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