El Unicaja pincha el globo de la reacción del Coosur Betis (66-88)
Los verdiblancos apenas inquietaron a los costasoleños; Brizuela, con 20 puntos, lideró al conjunto visitante, que no ganaba en San Pablo desde 2013
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Iniciar sesiónSin opciones. Nada pudo hacer contra el Unicaja el Coosur Betis, muy inferior a su rival, superado en la casi totalidad del partido por un equipo marmóreo, una roca, que concede poco y puso su defensa a funcionar a todo tren hasta ahogar ... al conjunto verdiblanco. Esa agresividad atrás de los costasoleños se le atragantó al Betis, que perdió el hilo en la recta final previa al descanso y, luego, cuando intentó enmendar la plana y enchufarse de nuevo, se desinfló tras colocarse a sólo seis puntos (46-52). Los verdiblancos perdieron 16 balones con los que el Unicaja, excelente desde la línea exterior, sumó 28 puntos. Con tanto regalo ante un rival de ese nivel no cabe otro destino que la derrota inapelable. Apenas Sipahi y Conger tiraron del carro en un partido muy gris del Betis .
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Un parcial de 0-11, con Darío Brizuela asumiendo la responsabilidad de los tiros del Unicaja y en estado de ignición, catapultó a su equipo al final de la primera parte y dejó en una situación crítica al Betis, desconcertado y con el norte perdido en esos minutos fatales en los que todo fueron carencias: el grifo anotador se le cerró y atrás abrió las compuertas para que el Unicaja, un equipo que deja pocas vías defensivas sin sellar, se marchara con una renta cómoda a los vestuarios tras un primer periodo notable por su parte y errático en el lado verdiblanco. Ya desde la puesta en escena flojeó el Coosur. Encajó un 2-10 de salida, pero de manera inesperada. No era, hasta su llegada a San Pablo, un equipo especialmente anotador desde el perímetro el Unicaja, pero en San Pablo se desquitó. Al intermedio promediaba ya un 50 por ciento tras acertar nueve de sus 18 intentos. Y eso no estaba en el guion previo.
Del 2-10 se repuso el Coosur, muy entero todavía. Conger, enchufado, guió a su equipo y le devolvió el parcial para establecer la igualada (12-12). Tanto se empeñó el Unicaja con el triple que se convirtió en monorecurso, llegaron los fallos y el Coosur lo castigó. Lo paró Casimiro y su equipo volvió a los orígenes. Presión elevada al hombre balón, robos y a correr. Así encasquilló al Betis. Adams se puso las botas, aunque luego perjudicó a su equipo al cometer una segunda falta y llevarse la técnica. Tres personales en el primer acto que lo dejaron fuera de servicio. En un partido igualadísimo hasta ese momento, Waczinsky anotaba el sexto triple malagueño y colocaba tres arriba al invitado (22-25). Lo normal era que esa proyección de puntos bajara, con el Unicaja de por medio, y eso sucedió en el segundo cuarto. Decayó el ritmo y al Coosur Betis le costó casi tres minutos horadar el aro rival. Lo hizo Niang, con un dos más uno, y luego Conger, con un triple, pero el control de la situación seguía en poder de los visitantes. Cuando Brizuela entró en acción, encontraron además otro surtidor en el momento justo. AJ Slaughter evitó que el Unicaja se disparase ya hasta los diez puntos (33-38), pero tras esa canasta se diluyó completamente el cuadro verdiblanco hasta encajar ese 0-11 (33-49) que lo puso en un brete.
Si quería volver, tenía que cambiar muchas cosas el Betis. Para empezar, aumentar su producción anotadora y también subir el ritmo de juego. Conjugar todo ello con una buena defensa sin que el partido se le fuera de las manos era una labor compleja, digamos que una empresa arriesgada. Lo intentó el equipo, emprendiendo la remontada con dos triples seguidos nada más iniciarse el tercer cuarto y firmando, tras una canasta con adicional de Sipahi, un parcial de 13-3 (46-52) que, lejos de anestesiar al Unicaja, lo rebeló. No estaba dispuesto a poner en peligro el triunfo que había encarrilado. Y reaccionó al castigo. Brizuela se pegó otra vez los galones al pecho y prorrogó su exhibición. Qué talento. Si le llegaba la pelota, el Unicaja sumaba. Así de fácil. Los costasoleños se atornillaron atrás, ahogaron al Betis, que se colapsó y mostró su versión más dadivosa: regaló posesión tras posesión a su rival, que mordía, recuperaba, corría y se explayaba en la transición. Sin argumentos se quedaron los verdiblancos, muy previsibles, fiados a Sipahi y Conger. Así esprintó el Unicaja, enfriando la reacción bética, anulada. Parcial de 2-12 y vuelta a la casilla de salida (48-64). El Unicaja controlaba el rebote y era mucho más sólido y gremial en el trabajo. Muchos jugadores sumaban y ésa era la gran diferencia con respecto al Betis. Desactivado el juego interior, con Whittington, Enechionyia y Jerome Jordan desaparecidos, sin influencia, el Betis se derretía.
Con 18 puntos de desventaja al final del tercer cuarto (53-71), le quedaba la heroica. Y no llegó. Suturar esa brecha ante un equipo tan áspero como el Unicaja exigía toda la perfección, y algo más, que no había alcanzado en los treinta minutos anteriores. Curro Segura probó con una defensa zonal para obturar a la tropa de Casimiro, pero ni le dio el resultado esperado, aunque la producción costasoleña bajara, ni en ataque se desmelenó el Betis. Era la única fórmula y no funcionó. El Unicaja no sufrió, iba sobre raíles. Pasaron los minutos sin que nada sucediera. La renta malagueña se disparó a los 28 puntos (60-88, tras triple de Tamba) y así fue muriendo el derbi regional, entre la suficiencia del Unicaja, completísima actuación la suya en todas las facetas, y la impotencia del Coosur Betis, que empezó mal, tuvo dos amagos de reacción y acabó desinflado, frenado en seco por los chicos de Luis Casimiro.
FICHA TÉCNICA:
Coosur Betis (22+11+20+13): Sipahi (10), AJ Slaughter (11), Conger (21), Whittington (-), Niang (7) -quinteto inicial-; Enechionyia (3), Malmanis (-), Oliver (2), Borg (6), Almazán (2), Nacho Martín (-), Jordan (4).
Unicaja (25+24+22+17): Alberto Díaz (8), Adams (11), Toupane (13), Thompson (7), Gerun (10) -quinteto inicial-; Jaime Fernández (5), Brizuela (20), Elegar (1), Waczynski (6), Tamba (3), Guerrero (2), Suárez (2).
Árbitros: Martín Bertrán, Bultó, Baena. Sin eliminados. Decimoctava jornada de la Liga Endesa. Palacio de los Deportes San Pablo, ante 6.812 espectadores.
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