Real Madrid-Coosur Real Betis: Un estimulante y gran desafío a las puertas del parón

Atenazado y frío al inicio, y para más inri con las compuertas defensivas abiertas, el Betis fue entonces presa fácil de este Real Madrid del que, cuentan, no atraviesa su mejor momento. Suena raro porque llega tras enlazar dos victorias. Es verdad que ha transmitido sensaciones inquietantes en los últimos partidos y que, de hecho, ha caído en sus dos últimas comparecencias ligueras en casa, contra el Baskonia y el Joventut , pero viéndolo desde la perspectiva del Coosur, casi podría afirmarse que todo ello lo hace aún más peligroso porque, primero, querrá resarcirse de ese par de tropiezos en su feudo, y en segundo lugar, intentará reencontrarse con las mejores sensaciones en su juego con vistas a la Copa del Rey, donde debutará el jueves contra el Bilbao Basket. Nadie quiere llegar al torneo del K. O. con un borrón. Y seguro que ese axioma lo tienen bien interiorizado tanto Pablo Laso como sus hombres, integrantes de un plantel millonario en el que cada derrota escuece, levanta polvareda y genera debate.

Igual podría jugar a favor del Betis la estresante semana de los locales, con una doble jornada de la Euroliga el martes y el jueves además del desgaste añadido de un viaje a Berlín. Claro que, para que ese trasiego se note en las piernas y sobre todo en las mentes, el Coosur tendrá no sólo que afinar su trabajo, sino bordarlo. Una machada, en resumen. El partido de ida debe servirle de lección. Nada aportan los complejos, el excesivo respeto o excusarse en el acierto del rival ante un equipo así de cualificado. Es verdad que el Madrid arrastra algunas dudas, que hasta se ha despeñado en tres de sus últimos cuatro compromisos oficiales en su cancha, pero todo ello, siendo real, parece irrelevante en comparación con su extenso catálogo de recursos. Por constatarlo en datos: es el segundo equipo de la ACB que más puntos anota (85,6), el segundo que menos encaja (76,6), el sexto en asistencias y el líder en rebotes, tapones y en porcentaje de triples (38,9, con el Betis muy cerquita, 38,6). En Berlín, por citar la última referencia, se repuso de un terrible segundo cuarto (35-9) y acabó imponiéndose por 97-103 con 27 puntos de Randolph y Carroll, y ¡19! asistencias de Campazzo. Le sobran tenores al Real Madrid aunque Llull, el superhéroe menorquín, atraviese un profundo bache de juego.

A seguir la buena línea

Nunca se sabe por dónde puede romper un partido de los blancos, si en alta o baja anotación. Hay que estar preparado para todos los contextos y este es el complejo desafío para el Betis. Su balance en 2020 es positivo: dos derrotas, una de ellas dando una buena imagen en el Palau, y tres victorias. La última, contra el San Pablo Burgos, dejó un buen sabor de boca no sólo por el triunfo en sí sino por las formas, que tanto importan. Gustó el debut de Green, pero igual que la labor de otros elementos esenciales para solidificar el bloque como Almazán, Nacho Martín, Whittington o Borg. El equipo, aun alternando hasta a cuatro jugadores en la posición de base, funcionó muy bien pese a la baja de Jerome Jordan, que vuelve hoy. Que haya encajado 75 puntos de media en los últimos cuatro envites ilustra su mejoría defensiva. Y más le valdría comenzar hoy la casa por los cimientos; es decir, por fortalecerse en su tablero para impedir que el Real Madrid juegue a un alto ritmo y adquiera confianza anotando. Hay que concederle lo mínimo, reducir al máximo los errores (rebotes, pérdidas…) y evitar que corra. Muchos fuegos que apagar, sí. Muy difícil, sí.

Tal vez el Madrid se tome el partido como un ensayo con vistas a la Copa y puede que Laso dé descanso a varios de los pilares del plantel pensando en ello, pero para el Betis debería ser otra final en la carrera por la permanencia por más que respirase profundamente con la victoria de la pasada semana y en el WiZink siempre haya poco que perder y mucho que ganar. Su motivación debería estar por las nubes y en disposición de vaciarse en la pista ya que hasta dentro de tres semanas no jugará de nuevo. El equipo hispalense no gana a los blancos a domicilio desde hace casi diez años, cuando el Cajasol de Plaza lo hiciera en el play off el 20 de mayo de 2010.