BALONCESTO

El Betis Baloncesto resurge en Melilla (83-87)

Guiado por un imperial Rogic, el conjunto verdiblanco manejó rentas de hasta 17 puntos y acabó sufriendo mucho en los últimos minutos para atar su primera victoria del curso en la LEB Oro

Rakocevic, con la pelota en su poder en el partido de este viernes contra el Melilla Ciudad del Deporte RBB

Ya no es colista el Real Betis Baloncesto, ni tampoco el único equipo de la LEB Oro con su casillero de victorias virgen. El motor, calado en las tres primeras jornadas, ha arrancado al fin. En Melilla, en la cancha que lleva por nombre ... el de Javier Imbroda, histórica figura sin la que no se entiende la historia del equipo sevillano de baloncesto, el conjunto verdiblanco sumó su primera victoria del curso. Lo hizo explayándose primero, con un baloncesto sólido y hasta de bella factura hasta el descanso. Y luego viviendo de las rentas, sufriendo y llegando con la lengua fuera a la línea de meta. La mochila, aún pesada, tiene ya unos kilos menos.

Había que ganar y se logró, que no cuestión de ponerse ahora exquisitos. Con 0-3 en el balance da igual el cómo porque sólo importa despejar el qué de la ecuación. Desbloquear el triunfo. El equipo llegaba muy apurado, con sólo un pívot puro y tres jugadores nuevos. En reconstrucción. Así que la victoria tiene su mérito. Como lo tiene el gran partido, excelente, de Rogic (20 puntos, 7 asistencias, 31 de valoración). El croata destiló talento y se sintió líder en un Betis que jugó como equipo (18 asistencias) y manejó rentas de hasta 17 puntos en el estreno de Barnes, Hanzlik y Polanco. A este último, 14 puntos, se le notaron tanto sus horas de vuelo en la LEB Oro como a sus compañeros que aún han de pulirse en la categoría.

Inesperadamente autoritario y con dos marchas más que su rival, el Betis completó una impoluta puesta en escena. Su mejor primer cuarto de la temporada hasta la fecha. Fetén. Carrasco apostó de salida por Hanzlik, el último fichaje, en el quinteto titular, pero quien destacó por encima del resto fue Roko Rogic. Al fin agarró el croata el joystick del equipo para hacer jugar a sus compañeros y tomar las decisiones correctas en ataque. El balcánico se convirtió en el principal generador ofensivo de un Betis Baloncesto que, para empezar, se merendó al Melilla sacando rédito del rebote de ataque y luego mostrándose certero en el tiro de tres. Eureka. Kuksiks y Rakocevic abrieron la lata para poner el 11-19, que se estiró hasta el 11-21 por medio de Rogic. Fluido y atinado, el Betis se manejaba a placer, con un control de la situación que no se le había visto en ninguno de los partidos anteriores.

Con la velocidad de crucero activada, incluso Polanco y Domènech también se animaron desde el perímetro para pulimentar la estadística verdiblanca en el tiro exterior. Sólo cuando Rafa Monclova, el entrenador sevillano del Melilla, le dio carrete a Richmond, su base americano, despertó el equipo de la ciudad autónoma, pero se quedó en el intento. Un quiero y no puedo. Al toque de la primera campana, 19-29 para el Betis Baloncesto, que había dominado por hasta 14 puntos (15-29). Ya en el primer cuarto coincidieron en la pista los tres nuevos fichajes: Barnes, Polanco y Hanzlik. No le tembló el pulso a Carrasco, valiente.

El partido demandaba esas decisiones y el transcurso de los acontecimientos permitía este tipo de licencias. A un 6-0 del Melilla replicó el Betis Baloncesto con otra ráfaga, un 0-8 fabricado entre Romero y dos dianas perimetrales de Hanzlik y Polanco (2/2 en triples al descanso). Barnes llevaba entonces la batuta y se le vieron buenas intenciones, pero cuando cometió la segunda falta volvió a la pista Rogic. Un dolor de muelas para sus rivales. Con el croata a los mandos y Romero tapiando los tableros, el Betis se disparó hasta los 17 (27-44). Un colchón mullido que el Melilla, desafinado en el triple, redujo a trece al intermedio (35-48). El conjunto verdiblanco promediaba un 54 por ciento en el tiro de campo y un 41 en el triple.

 La mejor versión de Rogic de la temporada brillaba, por encima del resto, con once puntos y seis asistencias. Estaba siendo su noche y lo demostró con un nuevo triple nada más empezar el tercer acto (35-51) y asistiendo después a Kuksiks (40-54). Se pluriempleaba. Lo mismo ejercía de killer que de crupier. El Melilla, que había sufrido mucho en el primer tiempo, le endilgó un 9-3 de salida al Betis que propició el tiempo muerto de Carrasco (44-54). Estaba en el guion que el conjunto azulino subiría sus prestaciones. Incluso se puso en zona para obturar el ataque bético. La rompió Romero, primero, y luego Rakocevic (46-59), con el noveno triple verdiblanco. Barnes evidenció en esos momentos que es un recién llegado a la LEB Oro y el Melilla aprovechó las dudas del Betis para ponerse a ocho (53-61). Si la fuente de los triples se secaba y Romero no estaba en la pista, el Betis se bloqueaba. El problema era tan evidente como esperado. Dos veces tuvo que parar el partido Carrasco en ese tercer parcial para hacer correcciones.

Reacciona el Melilla

Puso entonces a Rogic y Barnes junto a Polanco en el perímetro para tener más control. Barnes se estrenó al fin en la anotación con una penetración (53-65) mientras al Melilla se empecinaba sin acierto en el triple. Cada error azulino aumentaba la barra de energía del Betis. Rogic, quién si no, ponía las cosas en su sitio y cuando no encontraba el camino explotaba la asociación con Romero. Tras dos fallos del caribeño desde el tiro libre, Figueroa le asestó un triple sobre la bocina a Rogic (no es la defensa su mejor virtud) que situó el 58-67 al cierre del tercer cuarto. Marjanovic reducía a seis y Norelia, a cinco (62-67). La amenaza del Melilla, mucho más físico, era real.

El Betis se había desenchufado, especialmente en defensa, concediendo demasiado. El partido lo controló mucho tiempo desde el ataque pero ahora le pedía lo contrario: hacerlo desde la defensa. Kuksiks, de tres, le dio aire a su equipo y luego Domènech, qué bien lo hizo todo aprovechando al máximo sus minutos, estiraba de nuevo la ventaja hasta los diez tras un mate viniendo de tráiler (64-74).

Al Betis, esa impresión daba, se le estaba haciendo larguísimo el partido. De la fértil exuberancia anotadora del inicio del choque no quedaba ni el recuerdo. Van Dyke apretaba desde el triple y Norelia, desde el tiro libre (72-78). Rogic acudía entonces al rescate, pero Van Dyke asestaba de tres por duplicado (78-82). Quedaban 40 segundos y el Betis llegaba al final con la lengua fuera, hasta muerto de miedo, pero resistiendo. Rakocevic hacía pleno en el tiro libre (78-84) y Figueroa, con el reloj agotándose, dejaba al Melilla a un palmo de su rival (83-85), que sentenció desde el 4,60 por medio de su MVP, Rogic. La moraleja del partido deja otra enseñanza para el futuro inmediato: tampoco hay victoria sin sufrimiento en la LEB Oro.

Ficha técnica:

Melilla Ciudad del Deporte (19+16+23+25): Arcos (4), Van Dyke (17), Tamulis (2), Varence (12), Norelia (15) -quinteto inicial-; Marjanovic (8), Figueroa (8), Lepichev (10), Mulero (-), Richmond (3), Menéndez (4), Gadiliauskas (-).

Real Betis Baloncesto (29+19+19+20): Rogic (20), Rakocevic (13), Hanzlik (4), Kuksiks (12), Romero (13) -quinteto inicial-; Barnes (2), Polanco (14), Pablo Marín (-), Domènech (9), Dedovic (-), Fevry (-).

Árbitros e incidencias: Quintas, Báez, Arresa. Cuarta jornada de la LEB Oro. Sin eliminados. Pabellón de Deportes Javier Imbroda.

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