Entre las más llamativas, destaca que hubo gente dentro del club mancuniano que lo ignoraron por completo: «Creo que hubo un poco de falta de respeto, un poco de mala educación también, nadie me dio los buenos días ni las buenas tardes».
El extremo brasileño también reconoce que la pretemporada fue dura, especialmente por no poder entrenar con el resto de sus compañeros: «Llegué el 14 (de julio) y me entrené por separado durante más de un mes. Fue una época realmente difícil».
A pesar de todo, Antony supo aguantar hasta el último día de mercado, dejando atrás ofertas económicas más suculentas de clubes transatlánticos como el Bayern de Múnich: «Tuve algunos clubes interesados, pero muchos no se concretaron, otros no pasaron de la conversación. El aspecto económico es importante, pero mi felicidad... Sé lo felices que están aquí mi hijo, mi hija y mi esposa».
Finalmente, el '7' verdiblanco concluye expresando lo que significa para él jugar el Betis: «Es donde soy feliz, donde disfruté mucho del resto de la temporada pasada. El cariño que le tengo a este club, el cariño que ellos también me tienen. El día a día aquí es increíble; somos una familia».
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