MOTOCICLISMO — Gran Premio de España, circuito de Jerez
Dani echa un pulso a Stoner
Lesionado, Pedrosa tuteó al líder, pero hoy no se conforma con el segundo puesto
Pedrosa es clase en vena. Ningún sitio mejor para demostrarlo que el circuito de Jerez, el Wimbledon del motociclismo. Lesionado en un hombro, con un brazo que no recibe riego sanguíneo normal por culpa de una placa de titanio que presiona una arteria, Dani sacó la casta. Tuteó al líder del Mundial, Stoner, que tuvo que tirar de repertorio de velocidad para mantener su primacía. El australiano consiguió su segunda «pole» del año, pero la brillantez la puso su compañero de equipo. Su máximo rival en el campeonato. El catalán se lució en la pista y fuera de la pista. En Qatar desfalleció en el ecuador de la carrera, cuando la presión sobre su hombro le dejó sin sangre. Se le durmió el brazo. Ahora, Honda teme que la historia se repita. Pedrosa no se rinde: «No firmo ser segundo». Espera poder luchar por la victoria: «No la descarto». Así se forjan los campeones.
Ambos pilotos volvieron a copar la parrilla de MotoGP y desean monopolizar también el podio. Sin embargo, hasta los favoritos compiten al límite de lo posible. Livio Suppo, director deportivo de HRC, descubrió el punto débil que le preocupa. «¿Lloverá en la carrera?», preguntó a ABC. «Hay más posibilidades de que llueva por la mañana y después de la prueba de MotoGP, pero no a las dos de la tarde», le contestamos. «Pues Casey no ha probado esta moto con lluvia. No tenemos ni un dato», respondió Livio. «No creo que Stoner tenga problemas si está mojado», comentó Pedrosa el viernes. «A mí me interesaría», añadía. Pero a Suppo le gusta tenerlo todo bien planificado: «No hemos ensayado nada», reflexionaba.
Lorenzo incitó a la reflexión de sus enemigos de Honda. Ha dado un salto de calidad. Solo perdió tres milésimas con Pedrosa. «Tendré que luchar a tope para estar cerca de ellos. Ganar en Jerez vale por dos, pero tengo que controlar las emociones. Puedes caerte y perderlo todo».
Más perdido que nunca se encuentra Rossi. Desconocido. Duodécimo, a 1,4 segundos de Stoner, superado por las Ducati de Randy de Puniet y de Hayden, el italiano rodó por los suelos y no pudo ni terminar los entrenamientos. Un desastre. Lo reconoció: «He cometido errores».
Rossi pide un tope de peso
Valentino armó la marimorena fuera de la pista. Ha movido sus hilos con vistas al Mundial 2012, en el que conducirá motos de 1.000 centímetros cúbicos. Utilizando a Simoncelli como ariete, solicitó que se imponga un peso mínimo sumando piloto y moto. Le interesa. Va mejor a sus condiciones una máquina con mayor tracción y que importe menos la velocidad. El perjudicado sería Pedrosa, que solo pesa 52 kilos. «Me gustaría ser diez centímetros más alto, pero es imposible», decía Dani. Sabe más el diablo —Rossi— por viejo que por diablo.
Un diablo es Bradl en Moto2. Se ha hecho un líder mentalmente. Se cree un campeón. Consiguió batir el récord de «pole» del añorado Tomizawa, que murió en 2010 tras su accidente en Misano. Se la dedicó. Otro alemán, Cortese, dejó a Terol sin la primera plaza en 125: «Será mi gran rival por el triunfo», dice.
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