'Calígula debe morir', «el poder de la orgía y la orgía del poder»
Xoel Fernández encarna al cruel y megalómano emperador romano en una función dirigida por Mabel del Pozo
El origen de la locura de Calígula: el emperador romano de las mil perversiones

Cayo Julio César Augusto Germánico ha pasado a la historia como Calígula, uno de los emperadores romanos más crueles, sanguinarios y megalómanos. No es extraño que el cine y el teatro -Albert Camus estrenó en 1945 la versión escénica probablemente más relevante y ... célebre- se hayan fijado en un personaje al que Filón de Alejandría y Séneca el Joven describieron como un demente irascible, caprichoso, derrochador y enfermo sexual.
Sobre el emperador y la mirada que sobre él posó Camus vuelven ahora Mabel del Pozo y Xoel Fernández en una obra titulada 'Calígula debe morir', que estará desde hoy en la Sala Mirador. Directora y actor firman el texto, en el que, «a partir de su tragedia histórica, reflexiona sobre la naturaleza humana, la perversión de la sociedad y el existencialismo», según afirman sus dos responsables. «Según yo entiendo el teatro, el hecho de tratar con personajes como Calígula exige estar preparado para dar luz a lugares que a todos nos asustan», apunta Mabel del Pozo.
«El terrible dolor que supone para Calígula la temprana pérdida de su hermana Drusila -siguen directora y actor-, desatará en su interior una rebelión metafísica contra el orden de las cosas. Si el mundo es absurdo, su gobierno también lo será. Se obsesionará entonces con lo imposible, con la luna… Se presentará a sí mismo como un dios y tratará, gracias a su poder absoluto, de pervertir todos y cada uno de los supuestos valores humanos. Y todo esto lo hará frente a la mirada impasible de su generación. Frente a nuestros ojos. Sí. Hice todo lo que hice porque podía hacerlo».
«Me interesa el monstruo -reconoce Mabel del Pozo-, me interesa indagar en el poder de la orgía y en la orgía del poder. Me fascina embarcarme en la persecución de lo absoluto, de lo imposible, de lo divino… del otro lado. Y a la vez, de manera inevitable, no puedo dejar de preguntarme quién es el hombre que existe detrás de tan grueso caparazón. Necesito saber de sus miedos y dolores, de su desesperación. Me sobrecoge su necesidad de poseer la luna y no deja de conmoverme su rebelión constante contra un mundo absurdo y trágico, que admite para el ser humano, un único destino: la muerte».
Xoel Fernández, por su parte, asegura que «mi gran objetivo (entre muchos otros), al meterme en la piel de un personaje tan preestablecido en el imaginario colectivo como Calígula, es no caer en el arquetipo, darle carne. Éste es un trabajo sobre las sombras que todos tenemos y en concreto, sobre qué las detona; me interesa encontrar siempre lo que nunca se ha dicho de un personaje, lo que él jamás habría querido que se supiera».
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