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ABC Cultural

En la muerte de Mercedes Salisachs

«Murió con la mente clara»

El hijo de la autora de «La gangrena» realiza un entrañable al mismo tiempo que valiente perfil sobre la escritora

«Murió con la mente clara» vicens giménez

por josé maría JUNCADELLA

Esta escritora, novelista, decana de las letras españolas, ha muerto a los 97 años de edad. Lo hizo con la cabeza clara, muy clara. La mente es lo único que le quedaba con plena libertad pues el resto de su cuerpo lo tenía paralizado desde hacía más de dos años.

«Tengo ganas de morir» repetía con insistencia, pero en los últimos días la vi llorar con mucha tristeza, porque le estaba llegando la hora de dejar este mundo. Era su contradicción. No podía disimularlo.

Quería a Barcelona, su ciudad, y quería a Madrid de forma especial donde siempre se sintió cómoda y muy querida. De hecho, se trasladó a vivir a Madrid a finales de los años 70 donde residió doce años. Allí estaban la mayoría de sus amigos y escritores. Fue vicepresidenta del Ateneo de Madrid bajo la presidencia de Carmen Conde y en compañía de Juan Antonio Vallejo Nájera.

«En los últimos años habia asumido que las instituciones catalanas la ningunearan»Durante los últimos años de su vida, al margen de los premios literarios que se le concedieron y éxitos cosechados con sus libros, había asumido, sin esfuerzo alguno, que las instituciones catalanas en general la ningunearan por sentirse muy española. Precisamente se sintió tan española por haber nacido en Barcelona. No coincidió con la ideología nacionalista catalana. Le entristecía observar el deterioro y empobrecimiento de esta región española bajo mandatarios de Esquerra Republicana y Convergencia de tan cortos vuelos. Tampoco coincidió con la ideología zapateril. En definitiva no tuvo suerte en el tiempo. Como anécdota y prueba de esta realidad vale la pena recordar que durante el gobierno de Zapatero, una personalidad de las letras iberoamericanas fue invitada por el Instituto Cervantes de Nueva York a dar una conferencia. El conferenciante propuso versar la misma sobre la obra de Mercedes Salisachs. Consultado el Ministerio de Cultura en Madrid la respuesta fue contundente, determinante: «De esta señora no queremos saber nada, es de derechas y además muy religiosa».

Nunca le gustó que la tildaran de una señora de la sociedad que escribía. Se rebelaba cuando oía esos frívolos juicios y sus hijos, testigos de excepción, pueden testimoniar que no le faltaba razón. Mercedes Salisachs fue una trabajadora incansable, obsesionada por enriquecerse intelectualmente y a la vez intentar contribuir al enriquecimiento y mantenimiento de la literatura española al más alto nivel.

«Fue una trabajadora incansable, obesionada por enriquecerse intelectualmente»No ocultaba su preocupación y tristeza por los ataques de ciertas cadenas de televisión y medios de comunicación a la Familia Real no solo por sentirse profundamente monárquica sino por considerarlos oportunistas, mezquinos e injustos.

Admiró a la Reina Victoria Eugenia y a la Reina Sofía, y valoraba con agradecimiento todo lo que hizo nuestro Rey Don Juan Carlos I para traer la concordia y paz entre todos los españoles. Siempre fue sensible a los problemas que afectaban a sus seres más queridos, que no fueron pocos, y se sintió recíprocamente apoyada y querida por todos ellos.

Tuvo la suerte, cuando la enfermedad invadió totalmente su vida, de tener a su lado las 24 horas del día a una persona que se entregó plenamente para cuidarla de forma excepcional, ejemplar: su nieta Alejandra a quien llamaba «mi ángel de la guarda». Tenía razones para creer que lo era. Mi madre, estoy seguro, descansará en paz.

«Murió con la mente clara»

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