Estudio sobre el mercado crucerista

Si bien es cierto que en el sector de cruceros, las Islas Canarias como destino crucerista se consolida año tras año, y, así mismo, el número de turistas que visita Canarias a través de nuestros puertos se ha incrementado de manera considerable, no es menos cierto que nos hemos metido en un jardín frondoso lleno de posibilidades pero en el que no sabemos desenvolvernos con soltura . Igual que para cuidar de un jardín hace falta buena tierra, un riego adecuado, y elegir las plantas más apropiadas en función del clima y del lugar, además de mucho mimo, mantenimiento y atención, en el sector turístico en general, y más concretamente el relacionado con los cruceros, hemos de saber si nos conviene recibirlos, y si es así, qué y cuánto estamos dispuestos a ofrecer a cambio .

Porque los cruceros van y vienen, y visitan un puerto u otro en función de lo que dichos destinos ofrecen a sus ilustres pasajeros, que no sólo quieren ver monumentos o paisajes, que también, sino que exigen, quieren y piden un buen trato, unas instalaciones portuarias acordes al nivel y categoría del barco y del lugar que visitan, unos transportes públicos y privados eficaces, rápidos y acordes al tiempo casi siempre muy limitado de atraque , una ciudad abierta en todo el término de su extensión: comercios, museos, bares y restaurantes dispuestos a servir con calidad y, a ser posible, con una sonrisa, a los potenciales clientes.

Esto, claro está, si queremos optar a que Canarias figure en la ruta de los grandes transatlánticos y cruceros que recorren el mundo. Por lo que es más que evidente que, si escogemos entrar en el mercado mundial de cruceros como destino, tenemos la obligación, a cambio, de hacer nuestros deberes lo mejor posible , para poder competir con otros destinos atlánticos y mediterráneos que lo tienen muchísimo más claro que nosotros. Ahora, la cuestión es analizar nuestra oferta actual, a ser posible con objetividad, y veremos que, si bien existen puertos canarios que sí se lo han tomado en serio – principalmente el puerto de Luz y de Las Palmas-, otros, en cambio – el puerto y la ciudad de santa Cruz de Tenerife sin ir más lejos -, que, sin apenas poner nada de su parte, quiere seguir figurando como destino preferente de cruceros.

Y, la cuestión, es que nos jugamos una muy buena porción de una tarta que ya en el pasado ejercicio de 2011 contó con 1.600.000 cruceristas, con 900 escalas realizadas por más de 250 buques, con una media de 1.850 pasajeros por escala, de los cuales, cada uno de ellos, se le presume un gasto de algo más de 67 euros. De lo que además se deduce que, desde el punto de vista del crucerista, este se interesa sobre todo por la visita a la ciudad de una manera autónoma, bien cogiendo un taxi o incluso a pie con la pretensión de comprar artesanía y souvenir; visitando para ello tiendas de moda y demás locales donde se vendan productos típicamente autóctonos. Lo que viene a reforzar la necesidad de mejorar los puntos de información, la señalización y mejoras de la accesibilidad a los distintos destinos urbanos.

No debemos olvidar de que Canarias es un paraíso por sí mismo en relación a su biodiversidad paisajística, pero también a su envidiable clima; ya que, mientras otros destinos, como el archipiélago balear, en octubre comienzan a cerrar hoteles y demás establecimientos relacionados con el ocio y la restauración – en Palma de Mallorca de los 138 hoteles se cierran más de 100 -, hasta que vuelva el verano, nosotros disfrutamos de una estacionalidad envidiable de la que tenemos y debemos sacarle el mayor partido posible.