a mi juicio
¡Porque ya está bien!
La prensa canaria, en especial la tinerfeña, no solo no se rebela ante el sometimiento que sufre, sino que además se autocensura antes de que alguien le ponga el bozal
Le horroriza el periodismo crítico a cierto sector del poder político anclado y acomodado en Canarias. Le atemoriza el trabajo libre y comprometido a una parte intocable de la élite tinerfeña. Les da pánico, miedo y pavor el ejercicio libre y fiscalizador de una profesión periodística que desprende todos los síntomas de rebeldía porque está realmente harta.
El periodismo se siente coartado por determinados poderes fácticos que lo amordazan con prácticas dictatoriales. Los auténticos profesionales, cada vez menos, están hartos de que cierto sector de la política canaria trate de marcar las reglas sobre las que bascula el pluralismo informativo. Eso es lo que pretenden, según denuncian los afectados, con el cuanto menos discutido concurso de radios.
Le horroriza al poder político profesionalizado en las Islas el derecho de la información y a la información. La censura atrapa a periodistas aferrados a un compromiso con la verdad y la fiscalización de los poderes públicos en detrimento de una sociedad canaria silenciada a la par que golpeada y maltratada injustamente por la crisis. Ese es, sin duda, el sector de la sociedad tinerfeña y canaria en general que nos reclama… y al que nos debemos. Bien sea por las circunstancias fruto de la actual recesión económica o por una ineficaz gestión de los recursos públicos canarios, la opinión pública demanda una información transparente y valiente. La sociedad reclama el posicionamiento de los medios de comunicación como enlace entre los poderes públicos y la propia ciudadanía.
Por el contrario, la prensa canaria, en especial la tinerfeña, no solo no se rebela ante el sometimiento que sufre, sino que además se autocensura antes de que alguien les ponga el bozal. ¡Porque ya está bien! Si no criticas y eres de esos periodistas dóciles, controlables y escribes o hablas al dictado, pues estás de enhorabuena, porque eres un excelente periodista. Pero si, de lo contrario, eres de esos profesionales que te aferras al ejercicio libre de la información o mantienes intacto tu compromiso individual con la opinión pública, o que simplemente ejerces un periodismo crítico y fiscalizador, te encuentras en un reducido grupo en peligro de extinción.
Y todo, en medio de una Comunidad Autónoma con más de 340.000 personas en paro y en la que el 34 por ciento de su población padece pobreza. Mientras, nuestros políticos se niegan a revelar sus sueldos como parlamentarios. ¡Porque ya está bien!
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