Dos jueces discrepan del perdón a Otegi por ensalzar a ETA
Dicen que no pudo ser «ajeno» a la naturaleza del mitin de Anoeta en 2004, que él «lideró»
NIEVES COLLI
MADRID
Dos magistrados del Tribunal Supremo creen que Arnaldo Otegi debió ser condenado por enaltecer a ETA cuando participó como orador en el mitin celebrado en 2004 por la «izquierda abertzale» en el velódromo de Anoeta de San Sebastián. Allí se proyectaron fotos de etarras ya fallecidos, se corearon gritos a favor de ETA y dos encapuchados repartieron boletines internos de la banda terrorista («Zutabe»). «El responsable político más cualificado de Batasuna, el portavoz de su grupo parlamentario, el principal orador del acto —aseguran— no puede considerarse ajeno» a lo ocurrido.
Manuel Marchena y Julián Sánchez Melgar formaron parte del Tribunal que ha confirmado la absolución del portavoz de la extinta Batasuna, así como de Joseba Permach y Joseba Álvarez, de un delito de enaltecimiento del terrorismo. Una sentencia conocida ayer desestima el recurso presentado por la Fiscalía y avala así la absolución dictada en su día por la Audiencia Nacional.
La sentencia apoyada por la mayoría de la Sala —los magistrados José Manuel Maza, Juan Ramón Berdugo y Luciano Varela, aunque este último firma un voto particular concurrente— sostiene que el criterio de la Audiencia Nacional «no resulta irracional o ílógico»; y recuerda que la Fiscalía no aportó las pruebas que habrían sido necesarias para emitir un fallo condenatorio.
Así, y pese a que el Tribunal no tiene dudas respecto a que los hechos son constitutivos del delito de «ensalzamiento» de la banda terrorista, rechaza que pueda condenarse a Otegi,Permach y Álvarez porque no quedó suficientemente acreditado que los acusados fueran quienes ordenaron la exhibición de las fotos o el reparto de los «zutabes».
En su voto discrepante, Marchena y Sánchez Melgar rechazan que Otegi no conociera la programación previa del acto. «Mal puede el principal protagonista político del encuentro de Anoeta desconocer la naturaleza laudatoria del acto que se está desarrollando en su presencia y que él mismo está liderando», sostienen. En su opinión, Otegi era «plenamente consciente del resultado lesivo que se iba a producir»; no creen lo mismo de Permach y Álvarez, cuya absolución sí comparten. El primero sólo asistió al mitin y el segundo alquiló el local.
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