85 años viviendo a su manera
La duquesa no hará un gran festejo el día de su cumpleaños, el próximo 28 de marzo, aunque estará en Madrid preparándose para la visita oficial de Carlos de Inglaterra y Camila Parker
El próximo lunes, la duquesa de Alba cumplirá 85 primaveras. Una fecha redonda para una mujer que no gusta de celebrar los aniversarios. Ella prefiere reunirse con sus amigos el día de su santo, el 21 de diciembre, pues lo de cumplir años, a partir de cierta edad, está muy bien, aunque no hay necesidad de que todo el mundo se entere.
Tal vez por ese toque de coquetería que la aristócrata nunca ha perdido es por lo que en el palacio no hay nada preparado. En los últimos tiempos, Cayetana ha celebrado su aniversario con almuerzos discretos en casas de sus más íntimos, como cuando el pasado año comió con Curro Romero y Carmen Tello. En esta ocasión sus amigos no estarán a su lado, pues el mismo lunes la duquesa viaja a Madrid para prepararse para la visita oficial a España de Carlos de Inglaterra y Camila Parker: Cayetana de Alba, también duquesa de Berwick, será una de las asistentes a la cena de gala del día 30 de marzo. Y para dicho acto ya tiene preparado su fabuloso collar de esmeraldas, a juego con los pendientes, y un vestido verde creado por Victorio & Lucchino.
Todo un milagro
Tras unos años con la salud muy delicada y gracias a una intervención que resultó casi un milagro (el doctor Francisco Trujillo le implantó una válvula en la cabeza), Cayetana de Alba puede celebrar hoy sus 85 años con toda la alegría del mundo y muchos planes de futuro. Aunque siempre ha sido una aristócrata muy conocida y querida, desde hace un tiempo se ha convertido en un personaje muy mediático. Enamorada de Alfonso Díez Carabantes, el funcionario que la conquistó hace tres años cuando coincidieron en un cine de Madrid, Cayetana no miente cuando confiesa que le encantaría casarse con él y que no lo hace por la negativa de sus hijos a esa unión (sería su tercer marido, después de Pedro Luis Martínez de Irujo y Jesús Aguirre). Justamente con Alfonso se verá este lunes en una de sus salidas de tarde. Son dos cinéfilos que disfrutan enormemente acudiendo a alguna sala de proyecciones en la primera sesión de tarde.
Cambio de estrategia
Aunque en un primer momento los hijos de la duquesa se negaron a aceptar esta relación, hoy las cosas han variado ligeramente. Ante la posibilidad de que su madre contrajera matrimonio el próximo otoño, como se ya había comentado en círculos cercanos, sus herederos cambiaron de estrategia y decidieron dar un paso al aceptar una reunión de su madre con su novio en el palacio de Liria. A ese encuentro acudió Alfonso Díez en compañía de un íntimo amigo, que además es abogado, y ahí conoció al duque de Huéscar y al conde de Salvatierra. Los otros cuatro hijos (Alfonso, Jacobo, Fernando y Eugenia) no estuvieron presentes.
Desde entonces, las cosas se han suavizado, de ahí que la duquesa no pierda la ilusión de poder unirse ante la Iglesia con el hombre que hoy le hace feliz. Como prueba de su amor, Díez firmó hace un tiempo unos papeles rechazando cualquier beneficio que pudiera reportarle el convertirse en esposo de la aristócrata, pero ese gesto no ha sido suficiente para que los hijos «bendigan» la unión. El «acuerdo de Liria» fue que no se meterían en la relación, siempre y cuando no hubiera boda. Consideran que sería perjudicial para la Casa Alba.
Pero cuantos conocen a Cayetana saben que es una mujer que siempre ha hecho lo que ha querido, aunque es cierto que hoy se ha vuelto más dócil y, también, más religiosa, de ahí su interés en esa unión ante los ojos de Dios. Por ello tiene un asesor espiritual que dirige sus pasos y aconseja en ese tipo de decisiones. Feliz cuando vive en Sevilla, junto a las amigas que considera como hermanas (especialmente Carmen Tello), la duquesa siempre es una fuente de sorpresas. La «última» ha sido la carta que envió a un diario nacional quejándose amargamente del libro que Manuel Vicent ha escrito sobre su marido Jesús Aguirre, «el hombre que más he amado», como suele repetir. Lo más alucinante fue que la queja llegó casi dos meses después de la aparición de esa obra. Y es que dicen que a Cayetana la tienen bastante al margen de todo lo que sale y que son los propios periodistas los que le informan.
En cuanto a quién le ayudó a redactar esa misiva, se descarta que sean sus hijos, más que nada porque nunca tragaron a Aguirre, ni tampoco su abogado actual. Las miradas se centran en un veterano periodista, íntimo amigo suyo, que siempre ha salido en su defensa cuando le ha necesitado. Y puestos a escribir, hoy está disfrutando muchísimo con el libro de memorias que prepara para Espasa Calpe y que está controlando su hijo Jacobo. Será la biografía autorizada de una mujer que aún tiene una historia por vivir.
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