Tráfico ilícito de fármacos: auge en internet y atractivo para los narcos

Ahora que muchos ciudadanos vuelven al gimnasio después del descanso estival, la Guardia Civil avisa del peligro de consumir anabolizantes que aumentan hasta 40 veces la masa muscular y de hacerlo sin seguimiento médico, ya que son muchos sus efectos secundarios y a largo plazo pueden desembocar en enfermedades gravísimas e, incluso, en la muerte. Precisamente, esta misma semana la Guardia Civil ha destapado en Gran Canaria una red de suministro de sustancias dopantes, a la se le han incautado 16,8 kilos de medicamentos prohibidos en el deporte, la mayoría fabricados en China.

Operaciones como esta o la denominada «Escudo», en la que los agentes del instituto armado detuvieron a 80 personas y registraron casi cien domicilios, dan idea del auge de este negocio ilícito, como explica el comandante jefe de Delincuencia Especializada de la Unidad Central Operativa (UCO) del instituto armado, Jesús Gálvez.

Desde Portugal, subraya el comandante, han llegado a nuestro país más de cuatro toneladas de medicamentos ilícitos, sobre todo anabolizantes. Una cantidad nada despreciable si se tiene en cuenta el mínimo peso de los envases y de las pastillas, apenas unos gramos.

No es un negocio tan lucrativo como la droga, pero los investigadores han observado cómo personas con antecedentes pro narcotráfico se han «pasado» al tráfico ilícito de medicamentos porque, entre otras cosas, las penas son mucho menores, aunque la reforma del Código Penal supuso un gran paso al introducir el tema de dopaje. También los agentes especializados en este tipo de actividad han comprobado que entre el 60 y el 70 por ciento de estos medicamentos se comercializa a través de la Red, por lo que Gálvez advierte a los consumidores de que lleven mucho cuidado a la hora de adquirir un fármaco por internet, ya que lo más probable es que sea falso.

Muchas de las web dedicadas a esta venta trabajan desde otros países, donde la Guardia Civil y su unidad de consumo y medioambiente, el SECOMA, no pueden intervenir, aunque sí en la interceptación de la paquetería, el método por el que entran en España.

Aunque los principios activos se elaboran en distintos países del mundo, es en los más desarrollados donde se crea el fármaco en sí. Según la Guardia Civil, en España no existen muchos laboratorios clandestinos, si bien el SECOMA ha desarticulado algunas organizaciones que disponían de ello. De todos modos, los medicamentos que incauta el instituto armado proceden en su mayoría de Portugal y de otros territorios de la UE.

Utilizados muchas veces por culturistas, la mayor parte de los medicamentos de dopaje se venden en gimnasios de persona a persona y, en algunos casos, desde «el canal legal de farmacias».

Pero el tráfico ilícito de medicamentos va más allá de los destinados a potenciar la masa muscular o el rendimiento deportivo, ya que están llegando también fármacos como aspirinas y otras medicinas de consumo habitual, a la vez que se está observando un notable incremento de la entrada de píldoras abortivas. Y es en el control de la entrada y salida de paquetería donde la Guardia Civil está centrando sus esfuerzos en colaboración con Interpol y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Qué proceso siguen los medicamentos una vez interceptados? Gálvez explica que, en primer lugar, y ante la presencia del secretario judicial, se recogen muestras y se remiten a la Agencia española del Medicamento , que es quien confirma a través de un análisis si son ilícitos y realiza un informe sobre sus efectos. Las muestras se remiten también a la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte, que analiza el aumento del rendimiento deportivo de esos medicamentos.

Gracias a la colaboración de ambas agencias, con las que la Guardia Civil tienen «un protocolo muy asentado», el proceso para determinar si el medicamento es falso o nocivo es «muy rápido», indica el comandante.

Pero además es la participación de la Guardia Civil en organismos multinacionales como el Foro Permanente sobre Crimen Farmacéutico Internacional, el PFIPC, o su homólogo europeo, el WGEO, la que permite a los investigadores la persecución de este delito. De este modo, y gracias al sistema informático que les comunica cada cuerpo de seguridad recibe la alerta del país que avisa del tipo de producto supuestamente falsificado y de otros detalles para que los agentes del resto de los países dispongan de información que evite la comercialización del fármaco.

En cualquier caso, la Guardia Civil resalta que España cuenta con un sistema de venta de medicamentos «muy tasado» y, por ello, nunca se han detectado fármacos falsos en el circuito legal, frente a lo que está ocurriendo en otros países de la UE y de nuestro entorno.