Huelga de limpieza: El mayor reto para Ana Botella: dar cerrojazo al conflicto

El día a día de la alcaldesa por el Palacio de Cibeles era algo cómodo y agradable —salvando las dificultades económicas de un presupuesto en precario— hasta que llegó el mazazo del Madrid Arena . Las calabazas olímpicas remataron un «annus horribilis» a l que ha puesto la puntilla la huelga indefinida del servicio de limpieza viaria.

Críticas y presión

Ahora, se enfrenta a las críticas de la oposición — «un gobierno está para solucionar problemas, y no para crearlos», le recordaba ayer el portavoz socialista Jaime Lissavetzky —, a la presión de la opinión pública —indignada tras una semana larga de conflicto con las calles impracticables—, y a la rigidez de las posturas de empresarios y trabajadores. Sólo esta semana han empezado a plantear propuestas y alternativas.

Voces autorizadas del Gobierno local confían en que el viernes sea un día clave para un posible acuerdo. Botella reune a diario un gabinete de crisis que ha dibujado ya estrategias para todos los escenarios, incluida una eventual declaración de alerta sanitaria, que llevaría a tomar medidas excepcionales para limpiar de inmediato, con medios propios o ajenos. Con todas las miradas fijas en ella, Botella se la juega con este conflicto.