la nada nadea
La demorada unidad socialista
Si el PSOE no tiene una idea de España después de ciento treinta y cuatro años de historia real o virtual, que lo diga
juan carlos girauta
La vida política de Alfonso Guerra no puede cerrarse sin ver acabada la tarea inconclusa de la unidad, aglutinando el socialismo español todo bajo las mismas viejas siglas. Quienes creen que los nombres hacen a las cosas, pensarán que una sola sangre ha recorrido el ... cuerpo del PSOE, desde la reunión fundacional del restaurante Casa Labra, el dos de mayo de 1879, hasta la abstención de la señora Chacón en el Congreso, esta semana.
Lo seguro es que los nombres orientan y estimulan, y que quien se empeña en interiorizar una subcultura, acaba lográndolo. El militante socialista con algún bagaje puede considerarse heredero de Iglesias, Prieto, Largo o Besteiro. Y puede porque los señores González y Guerra vistieron el traje de un muerto. Le hicieron el boca a boca a un cuerpo arrasado. Le «levantaron» el partido a unos viejitos exiliados, anacrónicos y tiesos. Les hicieron la cabra mediante un montaje más complicado y caro que el de la película El golpe. Históricamente hay dos cosas distintas con el nombre PSOE, pero qué más da, no hay porqué quitarle la ilusión a quien prefiere ser heredero de chequistas antes que hijo de socialdemócratas occidentalizantes.
En su ilusión de continuidad, el PSOE reproduce ahora mismo polémicas internas que tienen un siglo. La Federación Socialista Catalana ya vivía acaloradas discusiones en 1916 sobre lo que ahora llamaríamos el encaje de Cataluña en España, y sobre el propio concepto de la nación. En las publicaciones de la época, en las actas congresuales, en los discursos del socialismo de entonces, aparecen mezclados en confuso montón sustantivos para España como «confederación» o «federación», y para Cataluña como «nacionalidad», o «región, y se propugna la autonomía. Nada nuevo bajo el sol.
Si el PSOE no tiene una idea de España después de ciento treinta y cuatro años de historia real o virtual, que lo diga. Y si la tiene, que la defienda. Para ello deberá ultimar la tarea inconclusa de Guerra presentándose de una vez como un partido socialista. Uno.
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