Hazte premium Hazte premium

la nada nadea

ERC no juega al póquer

ERC podrá tragar más o menos, pero no asumirá los costes asociados a la reducción del déficit al 0,7 %, por la misma razón que no desea gobernar: para no quemarse

juan carlos girauta

DE momento, la posición negociadora de Junqueras parece de manual: cuantos más jarros de agua fría arroje al principio sobre los de la amarga victoria, y cuanto más prolongue su distanciamiento, más cositas estará dispuesta CiU a concederle. Este análisis resultaría correcto… si no concurrieran otros factores.

En primer lugar, CiU no tiene ganas de regatear dada su difícil situación, las restricciones de la aritmética parlamentaria, el cierre de las otras opciones para formar una mayoría suficiente y la premura para sacar adelante los presupuestos. Es decir, que los de Mas ya empiezan el juego dispuestos a concederle el máximo a Junqueras: conselleria en cap y medio gobierno, por ejemplo.

En segundo lugar, la incompatibilidad objetiva de una formación de izquierdas con las severas decisiones que el gobierno catalán deberá seguir tomando, permite intuir que ERC no juega al póquer sino que, tal como afirma, desea mantenerse en la oposición. Sin faroles. La insistencia de la formación republicana en su deseo de aportar estabilidad es una pura obligación formal: lo contrario la situaría en el centro de todas las acusaciones, empezando por las de su propio espacio sociopolítico. Pero lo cierto es que la estabilidad que necesitará un gobierno de CiU en clara minoría supera con mucho la buena disposición de cualquier oposición.

ERC podrá tragar más o menos, pero no asumirá los costes asociados a la reducción del déficit al 0’7 %, por la misma razón que no desea gobernar: para no quemarse. El objetivo de Junqueras no es la maximización de su poder institucional, como parecen creer algunos listos de CiU. ERC no está jugando al póquer; sólo pretende permanecer inmaculadamente progresista durante los años de la austeridad (que no serán pocos) al tiempo que sortea la principal presión de CiU, que consiste en presentar al republicano como eventual responsable de la frustración del «Estado propio» al hacer ingobernable Cataluña. En el universo nacionalista que comparten, ahora se trata de un duelo de prestigios.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación