Obama asegura en el aniversario del 11 S que la fuerza militar es «necesaria» pero «no basta»

Obama ha rendido homenaje a las víctimas, a los servicios de emergencia y a los que defienden a la nación, al recordar los peores ataques contra la población civil en la historia de Estados Unidos.

En la ceremonia del Pentágono, donde el 11S los terroristas estrellaron un avión de pasajeros en un ataque suicida, Obama ha rendido honores «a la grandeza de todos aquellos que respondieron de inmediato a los ataques», y ha destacado que se honra «la memoria de casi 3.000 vidas inocentes perdidas y cuya pérdida todavía acongoja nuestros corazones».

«Años de guerra»

Los ataques terroristas, ha señalado Obama, pusieron a Estados Unidos en camino a «años de guerra».

«Nuestra fuerza es necesaria, pero la fuerza por sí sola no basta ni es lo que buscamos» , ha subrayado, al afirmar que lo que desea es «la colaboración y el respeto mutuo para hacer un mundo mejor, y en esa labor no debemos olvidar los valores fundamentales de esta nación».

En la mañana del 11 de septiembre de 2011 dos aviones comerciales secuestrados por terroristas de Al Qaeda se estrellaron contra los rascacielos gemelos del World Trade Center en Nueva York, otro destruyó parte del Pentágono y un cuarto cayó en Pensilvania después de que los pasajeros se enfrentaran con los terroristas que lo controlaban.

Antes de su intervención en el Pentágono, Obama, su esposa Michelle, el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, y su esposa, Jill, conmemoraron el duodécimo aniversario de los atentados con un minuto de silencio en el jardín de la Casa Blanca .

Las ceremonias en la residencia presidencial y en el monumento a los caídos en el Pentágono se iniciaron con toque de campana y continuaron con un minuto de silencio, discursos y la lectura de los nombres de los muertos.

En el sudoeste de Pensilvania una ceremonia de menos de veinte minutos incluyó una ofrenda floral y la lectura de los nombres de los cuarenta pasajeros y tripulantes del vuelo 93 de United Airlines en Shanksville, donde se estrelló el avión