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La ofensiva rebelde apoyada por la CIA y Francia que cambió el curso de la guerra

El 21 de agosto Assad usó gas sarín contra los guerrilleros que habían entrado en Damasco

La ofensiva rebelde apoyada por la CIA y Francia que cambió el curso de la guerra reuters

esteban villarejo

Para no repetir el caso iraquí y tener el libio como referente, EE.UU. lleva preparándose para una intervención en Siria desde hace más de un año: la CIA entrena en Jordania a rebeldes sirios. El objetivo es que, llegado el caso y adoptada tal decisión, los propios sirios derroquen a Assad sin necesidad de tropas occidentales sobre el terreno.

Una preparación, «centrada sobre todo para el combate urbano y el manejo de determinadas armas anticarro y antiaéreas», que tuvo su punto de inflexión en la segunda quincena de agosto cuando dos columnas de rebeldes sirios, entrenados en campos de Jordania, penetraron por la frontera sur de Siria con el objetivo último de poner en jaque al régimen de Damasco en una suerte de operación relámpago. Tal era su preparación y lo certero de su ataque que provocó la utilización de las armas químicas por parte del régimen de Bashar el Assad, según la información detallada ofrecida por el diario «Le Figaro» . La Casa Blanca confirmó diás después que la primera célula de cincuenta combatientes entrenados por la CIA ya operaba en territorio sirio.

Todo sucedió cuando una primera columna de rebeldes sirios de unos 300 hombres penetró en la frontera sur el 17 de agosto, seguida de otra columna de las mismas características el día 19. El objetivo era hacerse con una zona de control en el sur sirio desde la cual EE.UU. pudiera ofrecer un mayor apoyo logístico con baterías de misiles Patriots y aviones de combate F-16, la principal carencia que padecen las fuerzas rebeldes frente a la fuerza aérea de Assad totalmente operativa.

El origen de la crisis actual

De acuerdo con el relato de los hechos de David Rigoulet-Roze, del Instituto Francés para Análisis Estratégicos, el 21 de agosto esas unidades especiales de rebeldes sirios habrían penetrado en Al Ghouta, un suburbio situado a las afueras de Damasco. Ante la imposibilidad de detenerlos, el Ejército de Assad atacó la zona con gas sarín, provocando la muerte de entre 500 y 1.700 personas, entre ellos rebeldes de esas dos columnas fuertemente pertrechadas, mujeres y niños. Este es el origen de la actual escalada de tensión que vive la crisis siria.

En las imágenes que se ofrecen de las operaciones de los rebeldes suele aparecer armamento «made in USA» como cañones sin retroceso M40 106 mm., que pueden ser disparadas desde el hombro de un combatiente o montadas en trípodes con el objetivo de batir carros de combate y especializados en la lucha urbana. Este cañón fue utilizado también por los rebeldes libios que derrocaron a Muamar Gadafi.

EE.UU. mantiene en territorio jordano a unos 700 hombres con el objetivo de «asesorar y formar a grupos seculares en el manejo de determinadas armas anticarro y, sobre todo, en el combate urbano. Hay que tener en cuenta que el régimen sirio ha organizado su fuerza en milicias urbanas, con el asesoramiento de Irán (su milicia Pasdarán, el cuerpo de la Guardia Revolucionaria) y de la milicia chií de Hizbolá. Ese es el escenario que espera al conflicto sirio tras un posible ataque con misiles estadounidenses cuando sean los rebeldes sirios los que lleven el liderazgo de la operación», explica el israelí Ely Karmon, analista del Instituto Interdisciplinario de Herzliya y experto en el escenario sirio.

¿Ha participado Israel en la preparación de esos rebeldes sirios? Exoficiales de la inteligencia israelí restan crédito a las informaciones que apuntan a ello, en declaraciones a ABC: «No creo que esté en nuestro interés apoyar a rebeldes que puedan contener células islamistas, además contando con el apoyo financiero de Arabia Saudí y Catar». Hace tres semanas, el jefe de Estado Mayor Conjunto estadounidense, el general Martin Dempsey, visitó precisamente Jordania para entrevistarse con su homólogo, el general Mashal al Zaben, tratando algunos términos de la asistencia en materia militar e inteligencia que prestaría EE.UU. a Jordania en caso de una extensión del conflicto a otros países y a los propios rebeldes entrenados en el reino hachemí.

En el fondo subyace la otra carrera y pulso que se libra por discernir cómo y a qué rebeldes apoyar en la guerra civil siria que enfrenta a las fuerzas de Assad contra el heterogéneo Ejército Sirio de Liberación y otras facciones yihadistas y próximas a Al Qaida. En este sentido, EE.UU. procura entrenar en sus bases de Jordania a grupos claramente seculares y beduinos. Por contra, otros países como Catar sí que han abastecido de armamento a grupos de corte yihadista. Este es uno de los riesgos a los que se enfrenta Occidente: que al final el modelo a seguir, en caso de un ataque estadounidense no sea ni Irak ni Libia, sino la Afganistán de Bin Laden y su guerra santa contra la URSS.

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