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Gramática para piratas con labia

ROSA BELMONTERon, ron, la botella de ron. El 19 septiembre, el miércoles pasado, ha sido el Día Internacional de Hablar como un Pirata, muchos ni se han enterado y han desperdiciado la jornada

Ron, ron, la botella de ron. El 19 septiembre, el miércoles pasado, ha sido el Día Internacional de Hablar como un Pirata, muchos ni se han enterado y han desperdiciado la jornada hablando como si tal cosa (no siendo esa cosa un pirata pata de palo, un Jack Sparrow o un Francis Drake, que no sabemos cómo hablaba). Habría que decir expresiones como «15 hombres en el cofre del muerto» y así. Es verdad que hay más días conmemorativos que jornadas de 24 horas en un año (lo de días era por no repetir y al final es peor el rodeo) pero esta conmemoración es más divertida, a la par que idiota. El 19 es una fecha caprichosa pero no puesta al azar. Es el cumpleaños de la ex mujer de unos de los creadores de la idea, que así no tendría problemas para recordarla. Dos amigos, John Baur y Mark Summers, son los perpetradores (en 1995) del Internacional Talk Like a Pirate Day (ITLAPD). Seguramente un día en que corrió el ron en barriles. Lo que era un chiste privado entre amigos pasó al conocimiento general gracias al columnista del «Miami Herald» Dave Barry, aquel que tenía serie de televisión, «El mundo de Dave», basada en sus libros e interpretada por Harry Anderson, el magistrado de «Juzgado de guardia». Barry promovió esta mentecatada que para prosperar sólo necesitaba internet y blogs para correr como El Fandi de espaldas (la pólvora taurina). Qué le vamos a hacer, el ser humano es el único animal dotado para el absurdo (vale, el ornitorrinco también, aunque sólo por existir). El hombre es una animal capaz, por ejemplo, de disfrutar (y tomarse a chufla, claro) «Micromanía», la canción (o lo que sea) de Tata Golosa. «Proba, proba, los micrófonos, las tetas, los micrófonos, los culos, los micrófonos, chupaíta, los micrófonos...». Y no sigo. La copla se las trae.

Retomo lo del pirata, que es más serio que los micrófonos. Lo que más me gusta es el santo patrón del ITLAPD, nada menos que el fallecido actor Robert Newton. Es decir, el Long John Silver (loro en el hombro, como debe ser) de «La isla del tesoro» (1950), la película de Disney dirigida por Byron Haski. Y también el protagonista de «El pirata Barbanegra» (1952), de Raoul Walsh. Pero cuenta más su papel como Long John Silver. Fue con éste con el que fijó para los restos el acento convencional de pirata (el que debe usarse en el Día Internacional de Hablar como un Pirata). Robert Newton era de Dorset con lo que su habla era el dialecto del West Country, esa parte del sudoeste inglés que también comprende Bristol, Cornualles, Devon y Somerset. En España, y es una pena, quizá no cale lo de hablar como un pirata ni siquiera un día. Además, tendríamos que hablar como quienes doblan a los piratas (esto ha sonado a novela de Hemingway), con lo que la cosa se desvirtúa un poco. Hay que tener en cuenta también que son varios los dobladores. «La isla del tesoro» incluso tuvo redoblajes (uno a cargo de Roberto Cuenca; otro a cargo de Carlos Ysbert). Pero podríamos instaurar el Día de Hablar como Chiquito. Este caballo viene de Bonanza.

Esa es la opción más evidente pero hay muchas más. El Día de Hablar como un Político. O más específicamente, el Día de Hablar como Bono (ejta ej chula, ¿eh?). O como Acebes. O como Pujol. O el Día de Hablar como Belén Esteban. Aquí tendríamos que decir mucho «¿me entiendes?», «¿sabes?» y «amos, amos, amos». Por seguir en la misma línea familiar, también estaría el Día de Hablar como Jesulín de Ubrique.

El Día Internacional de Hablar como un Pirata es una tontería. Pero quien lo inventó, quien lo promovió, quien lo acogió, quien le sigue dando bola, todos, saben que es una soberana tontería, una mentecatez de tomo y lomo (aunque sus creadores hagan negocio vendiendo libros y camisetas). Lo que no tiene gracia es hacer el pirata y no hablar como un pirata. Ponerse unos atriles en el porche del palacio de la Moncloa y piratear un plan de vivienda hablando normal (bueno, todo lo normal que puede hablar un político). Y pretender que estás haciendo algo serio. Hoy toca repaso. Proba, proba, los micrófonos. Chupaíta, los micrófonos. Mira, para hacer el ridículo es mejor hacerlo hablando en pirata, que es lo que les faltó. Y el ron que no falte.n

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