El método portillo
Riofisa estaba en la agenda de compra de varios postores. Algunos ya hasta con
Riofisa estaba en la agenda de compra de varios postores. Algunos ya hasta con la financiación encarrilada.Y Luis Portillo les ha ganado otra vez por la mano y a su manera: con la chequera por delante, a precio cerrado, para que nadie le venga a rascar más el bolsillo, y por un paquete suficiente para asegurara el éxito de la opa. Tomen nota otros. Con una oferta por 2.000 millones por Riofisa, una joya, ha convencido a Mario Losantos para que venda su 50,001%, con el que ha ganado en poco más de un año de vida en la Bolsa un 150%. Todo un éxito bursátil de esta empresa especializada en centros comerciales, un sector con ingresos asegurados y sin los temidos ciclos que tanto angustian a las inmobiliarias clásicas.
Subir al podio
Con su método, y arropado por socios de postín -Alicia Koplowitz, Nozar, Caja Duero, Carabante...- y con un equipo que se refuerza, Luis Portillo está dispuesto a subir rápido al podio con esta tercera compra en menos de un año. Empezó por asegurarse el control de Colonial, con la opa ya en su recta final, tras comprarle sus acciones a La Caixa y a Mutua Madrileña. Con ella, su capitalización superará los 8.000 millones que sumados a los dos mil de Riofisa le aupa por encima de los 10.000 millones y le asegura su próxima entrada en el Ibex. La segunda fue la reciente compra del 15% que Acciona tenía en FCC, con la que Portillo buscaba fusionar Inmocaral con Realia, la inmobiliaria que la empresa de Esther Koplowitz comparte con Caja Madrid. Movimientos que seguirán en un sector que parece adivinar el cambio de ciclo.
La siguiente
Por eso el sector inmobiliario está que arde y así seguirá por algún tiempo. Ahí esta Joaquín Rivero que desde Bami hizo una Metrovacesa grande aunque con una guerra inconclusa entre accionistas. Con los Sanahuja al acecho y algunas cajas - otra vez las cajas- saliendo con buenas plusvalías y con muchas dudas sobre a quien apoyan quienes compran -Lara y otros-. Rivero busca diluir el capital para relajar la presión de los Sanahuja. Por eso tiene sobre su mesa alternativas de compra, entre ellas algunas españolas -incluida una ya birlada Riofisa, que a todos gustaba-. Aunque su opción con más posibilidades está en Francia. Otra compra que sumar a la de Gecina. Atentos.
Los emergentes
Tampoco parece manca la Reyal de Rafael Santamaría, que se salió de Inmocaral tras comprar Urbis, donde también vendió la ACS de Florentino Pérez, volcado ahora en ser el socio obligado, y por eso sacar buena tajada e incluso el mando, en las operaciones que se esperan en el agitado sector eléctrico. O a Rafael del Pino que vendió en buen momento la división inmobiliaria de Ferrovial, que se centrará en lo suyo, a la Habitat de Bruno Figueras. O la familia Jove, que vende Fadesa a la emergente Martinsa de un Fernando Martín que está también «mirando cosas para seguir creciendo». O la venta de Parquesol por los Fernández Fermoselle al grupo San José del gallego Jacinto Rey. O las que vienen empujando fuerte como la estrella del año, la Astroc de Enrique Bañuelos; o Rayet, presidida por Félix Abánades; la Nozar de Luis Nozaleda; Hercesa presidida por Juan José Cercadillo, Renta Corporación al mando de Luis Hernández de Cabanyes...
Una en cada pueblo
Y un montón de pequeñas que nacen cada día al calor del boom inmobiliario, en cada pueblo y ciudad, y que con pequeñas, o no tan pequeñas promociones y buenas ganancias, aspiran a ser los próximos ricos que «descarados » se atreven a comprar a las grandes hasta hacerse notar. Existen más de dos mil promotoras e inmobiliarias, ya con cierto volumen, que sólo dejan para las diez mayores en torno al 20% del negocio. Una atomización que asegura que siga el baile.Y que nuevos ricos, muy ricos, entren en el capital y en los consejos de bancos, eléctricas, constructoras...y que hagan hervir la Bolsa. En la que, como aún sigue la fiesta, muchos harán negocio «pasando de per, fundamentos» y otros análisis que ante tanta agitación parecen olvidados. Hasta que llegue la caída. Que muchos sueñan con que sea lejana y sobre todo, suave. De lo contrario, habrá llanto donde hubo risas.
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