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Zaplana o la leyenda del intocable

En 20 años de exposición pública, caminó indemne sobre las brasas de una reputación dudosa pero inmune

El exministro Eduardo Zaplana en una entrevista en 2014 JAIME GARCÍA
Ignacio Camacho

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Quince años antes de que se inventaran las redes sociales, Eduardo Zaplana Hernández-Soro protagonizó de forma involuntaria una de las más veteranas «fakes news» de la política española. La frase « estoy en política para forrarme », que le ha perseguido durante toda su ... carrera, no es suya, aunque en las cintas del «caso Naseiro» –una primigenia trama de financiación irregular del PP– donde presuntamente figuraba dicha grabación apócrifa, sí se le escuchaba desasosegado por comprarse un coche de alta cilindrada. A Zaplana siempre le ha perseguido una fama de gusto por el lujo, por el tren de vida alto, por los trajes caros y los relojes de marca. Y, si las investigaciones de la UCO que esta semana le han conducido a prisión son acertadas, no sólo se lucró con la política sino que constituyó alrededor de ella un grupo de intereses que la juez del caso considera una auténtica trama.

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