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Moncloa cree que el 20-D habrá una alta participación y más optimismo

Defiende la fecha escogida por Rajoy para las elecciones generales, porque permitirá «culminar el programa legislativo y los Presupuestos»

Moncloa cree que el 20-D habrá una alta participación y más optimismo

mariano calleja

El 20 de diciembre es una fecha que suena más a turrón y a Navidad, incluso a lotería nacional, que a elecciones generales. Pero ha sido el día escogido por el presidente del Gobierno para llamar a las urnas. Es una competencia exclusiva suya, lo que no impide que la oposición criticara ayer la decisión Rajoy e incluso le exigiera un adelanto. El presidente Rajoy no tiene ninguna intención de adelantar nada , y menos una vez anunciada ya la fecha de las de las elecciones, algo que hizo en una entrevista de televisión el miércoles por la noche.

¿Qué esconde el 20-D para que haya sido el día elegido por Rajoy? Las teorías se multiplicaron ayer, y casi todas se relacionaron con el ambiente festivo navideño que rodeará ese día. Rajoy justifico así su decisión: «La razón es que, si fueran el 13 de diciembre, tendríamos que constituir el Parlamento prácticamente en plenas Navidades. Así hay un poco más de margen, hay hasta el 14 de enero. Por tanto podemos aprobar los presupuestos, hacer las elecciones y luego tener un margen para, después de las fiestas, constituir el Parlamento».

En La Moncloa, fuentes próximas a Presidencia subrayan que la clave para elegir el 20 de diciembre es que así se permite «culminar el programa legislativo», y en concreto se podrán aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2016 en la semana del 19 de octubre, tanto en el Congreso como en el Senado, sin agobios de plazos. El lunes 26 de octubre se reunirá un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar el decreto de convocatoria, que se publicará el martes 27 en el BOE. Ese día quedarán disueltas las Cortes de la X Legislatura.

En el Gobierno consideran que se llegará a las elecciones con el programa legislativo cumplido, incluidas las reformas económicas, el paquete de regeneración democrática y las medidas sociales prometidas (como la ley del tercer sector o la del voluntariado). Hasta ahora, se han aprobado 153 proyectos de ley en el Parlamento, y siguen en tramitación otros 10. Se han quedado aparcadas la reforma electoral que incluía la elección directa de alcalde, por falta de consenso, y la reducción de aforamientos, para lo que se requería una reforma constitucional.

Fuentes de La Moncloa apuntan también que se llegará a las elecciones con el Tribunal Constitucional reforzado, después del cambio que acaba de aprobarse en el Congreso. Y admiten que la proximidad navideña, inédita en una convocatoria electoral, puede reforzar el optimismo. Cuando se vote, muchos ciudadanos, los funcionarios entre ellos, tendrán en el bolsillo la paga extra de Navidad, y es previsible que los datos de empleo sean positivos en los meses que quedan de año. La Navidad, además, es época de contratación.

Movilización histórica

En Moncloa creen que el 20-D se producirá una alta participación, que roce límites históricos, con independencia de que sea el comienzo de las vacaciones navideñas para muchos ciudadanos, y en concreto para muchos jóvenes y estudiantes. En las últimas citas electorales la tendencia ha sido esa, y el ambiente político es propicio para que la movilización sea mayor que en otras citas electorales. En los comicios del 20 de noviembre de 2011, por ejemplo, el escenario era muy diferente y la victoria del PP por mayoría holgada parecía bastante cantada. La participación entonces fue del 68,9 por ciento.

Según Narciso Michavila , presidente de la consultora política GAD3, «vamos a estar en una participación históricamente alta, y va a haber más solicitudes de voto por correo que nunca». Ve tres razones principales: hay mucha oferta, más que en otras elecciones, con partidos emergentes que están empujando fuerte; ha sido una legislatura muy política, y la motivación para votar es alta, y el escenario se presenta muy abierto e incierto, por lo que la importancia de cada voto se hace más evidente.

La pregunta del millón es a quién favorece una alta participación. Podría beneficiarle al PP, si esa alta movilización se produce en sus feudos autonómicos, donde muchos de sus antiguos votantes se habían instalado en la abstención; pero otros beneficiarios son los partidos de la gente que tradicionalmente no votaba, y que ahora quieren hacerlo, es decir, un caladero de Podemos. Según explica Michavila, cuando baja la participación los primeros que se quedan en cada son los jóvenes y el centro, porque los extremos siempre están más movilizados. Por tanto, si sube, votarían más en esos segmentos, y eso también favorecería a Ciudadanos.

Respecto a la fecha elegida por Rajoy para la convocatoria de las elecciones, este sociólogo cree que hay poca diferencia entre el 13 o el 20 de diciembre, aunque considera que la cercanía de la Navidad podría influir de forma positiva en el estado de ánimo, pero recuerda que no tenemos experiencia previa para valorarlo. Sí que es una época que se presta a la participación, porque ya estamos en horario de invierno, hay más consumo de televisión y de política y eso siempre moviliza más.

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