García Albiol: «Los socialistas se niegan a hablar con nosotros; espero que recuperen la cordura»

-Ha ganado con diez concejales, la segunda fuerza tiene cinco y va a perder la alcaldía.

-Los vecinos me han dado una mayoría suficiente para entender que su mandato es claro y que me quieren de alcalde. A pesar de que he perdido un escaño, he pasado de 26.000 a 30.500 votos y del 33 al 34,5% de porcentaje. La alianza del PSOE con la extrema izquierda independentista es legal, pero supone una perversión política contra la voluntad de los ciudadanos.

-¿Cree que su campaña «Limpiando Badalona» ha motivado este gran pacto contra usted?

-Desde 2011, cuando gané por primera vez, el objetivo del PSC y del resto de partidos ha sido desalojarme de la alcaldía. No podían soportar que Badalona tuviera un alcalde del PP. Éste es el único proyecto político que tienen las fuerzas de izquierda que van a gobernar mi ciudad durante los próximos cuatro años.

-Dice que lo que más le duele es que sus vecinos le han dado un apoyo incluso más explícito que en 2011.

-En un contexto en que los partidos tradicionales pierden apoyos y siendo el PP el partido que ha estado en el gobierno de la nación durante la crisis, que en Badalona hayamos mejorado nuestro resultado electoral indica un elevado índice de satisfacción por parte de los vecinos. Badalona tiene 34 barrios y hemos ganado en 30. En los barrios más humildes y trabajadores hemos obtenido cerca del 50% de los votos. Las dos únicas ciudades de más de 200.000 habitantes donde el Partido Popular ha mejorado sus resultados son Vitoria y Badalona.

-¿En qué considera que Badalona podría empeorar?

-Perder la alcaldía es injusto para mí, para mi partido, pero sobre todo para Badalona. Conseguimos dinero del Estado para construir un canal navegable de 320 metros, que iba a dar a Badalona un perfil muy singular. La venta de pisos con vistas al canal estaban siendo un éxito. La futura alcaldesa, incapaz de comprender cómo se diseña una ciudad, y cómo se crea riqueza, quiere parar las obras del canal, de modo que Badalona va a quedarse sin canal, sin perfil especial y sin una magnífica promoción de viviendas. Y a la vez, los que habían comprado las casas sobre plano se van a quedar sin la infraestructura fundamental que daba sentido y valor a su nueva casa. Es lamentable.

-¿Cómo ve que los socialistas pacten con Podemos y con los independentistas?

-El PSOE, pactando con Podemos y regalando la alcaldía a los independentistas de la CUP, que no creen ni en la unidad de España ni en la propiedad privada, está clarísimamente traicionando a la inmensa mayoría de sus votantes. Que el PSC y el PSOE abandonen la centralidad para ir a desangrarse pactando con la extrema izquierda y del independentismo radical es malo para los socialistas, pero todavía peor para España. Me asusta la falta de visión del PSOE y su incapacidad de poder ofrecer una alternativa sensata a las personas de izquierda; y cómo está perdiendo la cabeza por parecerse a Podemos, que le va a acabar devorando. Y eso volvería a ser una mala noticia para ellos pero mucho peor para España, que necesita una izquierda estructurada, centrada y con vocación mayoritaria. Los catalanes que queremos seguir viviendo con normalidad dentro de España vemos con preocupación que el PSC acepte con simpatía que los partidos políticos independentistas vayan teniendo cada vez más poder. Es un incomprensible acto de irresponsabilidad.

-¿Está compitiendo su partido de la manera más inteligente?

-Desde el PP tenemos que saber entender la nueva realidad y adaptarnos a ella. Cuando Aznar refundó Alianza Popular a principios de los años 90, fuimos capaces de ser los más modernos y avanzados en nuestro modo de hacer política, de relacionarnos con los ciudadanos y de explicarles lo que hacíamos y lo que esperábamos hacer. Han pasado 25 años, la sociedad ha cambiado y nosotros tenemos que cambiar con ella si queremos seguir siendo la principal referencia política del centro-derecha.

-¿Es la famosa comunicación?

-No sólo es la comunicación, es la forma de entender y de hacer política, teniendo presente que el ciudadano quiere sentirse partícipe, involucrado.

-¿Se ve liderando el PP catalán?

-Intento ser una persona de compromisos y cumplir con mi palabra. Y tengo un compromiso con 30.500 votantes a los que les prometí que estaría a su servicio en Badalona.

-Oriol Junqueras es alcalde de Sant Vicenç dels Horts, presidente de ERC y candidato de su partido a la Generalitat.

-En otros ámbitos, haré lo que se me pida para ayudar a redefinir y reforzar el gran proyecto del PP, siempre y cuando sea compatible con dedicarme a mi ciudad.

-¿Ve posible una moción de censura si la CUP va más allá de lo asumible con su obra de gobierno?

-En estos momentos los socialistas se niegan a hablar con nosotros. Espero que recuperen la cordura, se planten y nos ayuden si Badalona se convierte, según el expreso deseo de la futura alcaldesa, en el «motor de constituyente de la república catalana».

-¿Es partidario de una segunda vuelta en las elecciones municipales?

-Yo siempre he defendido, y no sólo ahora, que tiene que gobernar la lista más votada. Es lo más justo. Espero que lo que acabará pasando en un futuro no demasiado lejano, fruto de los pactos rocambolescos y de la fragmentación, acabe sirviendo de escarmiento y se opte por un sistema que garantice mejor la gobernabilidad.

-¿Tienen algún sentido los cordones sanitarios en una sociedad de voto cambiante dependiendo de cada elección?

-La realidad de la calle, donde efectivamente el voto es cambiante dependiendo de cada elección, no tiene nada que ver con lo que sucede en las instituciones. Los cordones sanitarios son letales para el interés general, y a medio plazo acaban llevando al desastre a quien los pone en práctica.

-Ada Colau dijo que si no era alcaldesa sería un fraude de ley. Su partido que ganó por sólo un escaño, le dejará a usted, que obtuvo el doble de escaños que la segunda fuerza, sin la alcaldía.

-La señora Colau y los suyos evidencian las contradicciones de los de la superioridad moral. Siempre sucede que en función de su interés puntual defienden un discurso o el contrario. Son unos auténticos farsantes .