¿Hizo campaña Pedro Sánchez a cuenta del Congreso?

La Dirección Federal ha intentado hasta ahora correr un tupido velo porque no quiere «hacer el juego al PP» y porque, dice, en todo caso, esos viajes fueron «de trabajo», no como los «personales» de Monago , para ver a su entonces novia en Tenerife; pero, este mediodía, a Sánchez no le ha quedado más remedio que responder a las preguntas de los periodistas: «todos mis viajes han sido financiados por el PSOE y por motivos única y exclusivamente laborales».

El líder socialista se refiere a los desplazamientos que realiza desde que fue elegido por los militantes secretario general del PSOE, el 13 de julio pasado. Durante el mes previo a esa elección, cuando ya era oficialmente candidato, los viajes se cargaron a una cuenta de «crowdfunding» de sus partidarios, cuyos fondos pagaron la gasolina de los desplazamientos en un monovolumen Ssanyong, que llegó a hacerse famoso en los reportajes de carretera que se le hacían. Las noches las pasaba en domicilios de militantes que le alojaban.

Respecto a sus viajes anteriores, en los meses de primavera, el PSOE no quieren detallarlos. El argumento de Ferraz es que él fue coordinador de la Conferencia Política y en calidad de tal se ha desplazado por toda España como diputado del PSOE. De hecho, hizo antes de la conferencia numerosos desplazamientos atodas las federaciones para coordinar enmiendas y, después, a explicar el contenido del documento político.

«Los (viajes) que han sido sufragados con dinero de las Cortes Generales siempre han sido para una actividad parlamentaria determinada y vinculada a las responsabilidades que tenía como portavoz de distintas comisiones», sostiene Pedro Sánchez.

«Yo mismo me desplacé con él a Melilla a un acto político», comentaba hoy un miembro de la actual dirección que también estuvo en la de Rubalcaba. «¿Que durante ese viaje hizo campaña? No lo sé. ¿Dónde ponemos el límite?».

«No tengo nada que ocultar», sostiene el secretario general el PSOE, que intenta evitar por todos los medios convertirse en un «caso Monago II».