El «trust» de la familia Pujol

Ahora, lo que durante años fueron sospechas empieza a perfilarse nítidamente, emergiendo el retrato de un clan no entregado a Cataluña sino al enriquecimiento personal, colaborando entre ellos como si de un «trust» de la corrupción se tratase: a los negocios por la patria y la familia.

Si en casa el referente político lo encarnaba Jordi Pujol, el espíritu «emprendedor», por así decirlo, lo representaba Marta Ferrusola, mujer de fuerte carácter y a quien muchos señalan, quizás para descargar al «pater familias» de responsabilidad, como la principal inductora del voraz apetito de sus vástagos por el dinero fácil.

Ella fundó la empresa de jardinería Hidroplant, de la que en su momento se contaba, casi como una anécdota simpática, que cualquier consejería de la Generalitat tenía que recurrir a ella para la ornamentación de sus actos oficiales. Por lo que se ha visto luego, una minucia al lado de los sablazos en forma de comisión que supuestamente cobraba Jordi Pujol «Júnior» por obras que adjudicaba la administración controlada por el «pare».

Curiosamente, y a medida que se van conociendo datos, se descubre la imagen de una familia muy solidaria entre sí, donde se entrecruza lo privado con lo público, como se diría ahora, aprovechando sinergias... un círculo virtuoso. Así, a modo de ejemplo, Josep Pujol, fundador de la consultora Europraxis, recibió el encargo de varios informes de dudosa utilidad de la consejería de Industria, de la que su hermano Oriol era en ese momento secretario general; otro de los hijos, Pere, fue gerente de una consultoría a la que la Generalitat y otras administraciones controladas por CiU, recurrían de forma habitual... se podría seguir.

El retrato familiar lo completa a quien se señala como el supuesto «cerebro» financiero del clan, Oleguer, que habría ejercido como gestor de la familia. De hecho, María Victoria Álvarez, expareja de «Júnior», sostiene que el primogénito entregaba dinero en Madrid a su hermano.