La requisa de tabaco ilegal se dispara en la Verja

En 2012 la cifra intervenida fue de 636.499 cajetillas (1.743 al día). Hace cinco años esa cifra era de 241.961 paquetes (662 cajetillas al día) lo que da una estimación de cómo las autoridades españolas han ido poniendo el foco en esta actividad creciente tras la irrupción de la crisis económica. El número de porteadores de tabaco –o «matuteros», como son conocidos– ha crecido en los últimos años.

La metodología sigue siendo la misma: ruedas, dobles fondos, de relleno de los sillones, adosado al cuerpo, en el frontal o en los bajos de los vehículos son algunos de los lugares donde los contrabandistas de tabaco esconden las cajetillas. De enero a mayo del presente año el número de paquetes de tabaco de contrabando incautado se sitúa en los 295.698, según los mismos datos facilitados. Lo que supone una proyección menor de tráfico ilegal para este año si se sucediese dicho ritmo de incautaciones, explican desde la Guardia Civil.

Hay que recordar que el tabaco en la colonia británica, sin impuestos, es mucho más barato que el adquirido al otro lado de la Verja. Por ejemplo, un cartón de «American Legend» cuesta 17 euros en Gibraltar y 40 en España. El número de cajetillas que un ciudadano residente en el Campo de Gibraltar puede sacar al mes está estipulado en cuatro cajetillas al mes.

Se calcula que medio millar de personas trabajan en el tráfico ilícito de tabaco en la Verja. La mayoría son españoles (sector que ha aumentado con la crisis), aunque también han llegado a este negocio ilegal otras nacionalidades como marroquíes y rumanos, informan. Son unas 500 personas entrando y saliendo a pie de la Verja de Gibraltar, una operación que realizan entre 20 y hasta 50 viajes al día para sacar el mayor número de cajetillas hasta que les dé el alto la Guardia Civil. Les apuntan y ya no pueden volver a sacar las cuatro cajetillas.

Por su parte, el Gobierno de Gibraltar inició el pasado 6 de junio la reforma de su legislación interna sobre comercialización de tabaco proponiendo fijar un límite de doscientos cigarrillos –un cartón– como el máximo que un expendedor del Peñón podrá vender por persona (sea residente del Campo de Gibraltar o no).

Con ello, Gibraltar modificaría la Tobacco Act de 1997, reduciendo de mil a doscientos cigarrillos el máximo que una sola persona podrá adquirir en un establecimiento de venta de la colonia.

La reforma legislativa contempla también la introducción en los comercios de carteles advirtiendo de que esa cantidad de doscientos cigarrillos es también la máxima permitida para su transporte en el Territorio Aduanero de la Unión Europea.

Tras pasar el tabaco, los matuteros entregan a los jefes de estas mafias la mercancía que luego la venderán en quioscos y bares de las localidades españoles, sin los consiguientes impuestos para las arcas públicas.

El pasado jueves la Comisión Europea dio tres meses a España y Gibraltar para que tomen las medidas necesarias para reducir las colas originadas por los controles fronterizos y actúen de manera eficiente contra el contrabando de tabaco, al considerar que no se han logrado progresos. Bruselas demanda que ambas partes mantengan un intercambio fluido de información sobre estas prácticas de contrabando, informa Efe.