Pedro Sánchez no quiere ir a primarias hasta lograr el control del PSOE

Antes de esa designación, Sánchez quiere ver refrendada su gestión arrebatando al PP, en las elecciones autonómicas y municipales de mayo, una decena de alcaldías y alguna presidencia de comunidad importante. « Iba a proponer noviembre », advirtió, en alusión a que revocará el calendario establecido el pasado 18 de enero. Y se refirió, por primera vez, al «desafío» del referéndum soberanista catalán del 9 de noviembre como razón de más para que el PSOE no ande en esos días enfrascado en consultas internas.

Aunque sabe que eso supone contradecir el compromiso adquirido de mantener la fecha del 30 de noviembre para elegir el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez está decidido. Cree que ganar alcaldías y autonomías al PP -pondrá en marcha de manera inmediata un «plan de acción política» - está por encima de ese compromiso porque supondrá visualizar un cambio de ciclo del PSOE y será un antídoto para disuadir en junio a posibles competidores en esas primarias abiertas a simpatizantes: Carme Chacón, pero no solo. El papel que juegue la presidenta andaluza, Susana Díaz, quien se convirtió en mentora suya tras desistir de liderar el partido, no significa que haya renunciado a ser cartel electoral nacional en el futuro. Dependerá del calendario andaluz y a estas alturas no está claro que ella vaya a agotar su legislatura autonómica (marzo de 2016).

De momento, en las 24 horas siguientes a la victoria de Sánchez, Susana Díaz mantuvo una actividad frenética para resaltar que 13.000 de los 16.000 votos que el diputado madrileño sacó de ventaja al vasco proceden de Andalucía. Ante eso, el líder socialista intenta hacer de la necesidad virtud. A primera hora, Pedro Sánchez resaltó la necesidad de que se le deje «autonomía» para decidir en estos primeros pasos. Ya en Ferraz, al filo de la una, bajó a buscar a Susana Díaz para recorrer con ella ante las cámaras, sonrientes ambos, los últimos metros de llegada a la sede socialista.

Queda por ver cuál es la fórmula para ese retraso de las primarias; en el congreso extraordinario de 26 y 27 de julio, mediante una resolución, o, tras el verano, en la primera reunión que mantenga el nuevo Comité Federal. Sánchez argumenta, al igual que la mayoría de los barones, que cuando el Comité Federal decidió el 18 de enero de este año la fecha del 30 de noviembre, no estaba en la agenda la debacle en las elecciones europeas del 25-M, ni el inmediato adiós de Alfredo Pérez Rubalcaba ni la celebración del congreso extraordinario en este mes de julio.

Y a casi todos les parece una «locura» mantener ahora esa cita del 30 de noviembre porque, en la práctica, dicen, sería una «segunda vuelta» de la elección del secretario general en urna del pasado domingo por parte de los 198.123 militantes . Madina ya ha dicho que no va a ser candidato, pero Chacón está esperando su oportunidad y esto genera incertidumbre.

Sánchez ya pudo comprobar ayer que la integración prometida no será fácil. Primero, porque Madina no da señales de quererla y el otro candidato, Pérez Tapias, tampoco.

Ayer, el candidato de Izquierda Socialista le urgió a cumplir su compromiso de primarias en noviembre. Al extremeño Vara, a quien no le gustaba la idea de «desembarco» de Susana Díaz en Ferraz, tampoco le gustan los primeros movimientos de la andaluza para «tutelar» a Sánchez; otro tanto puede decirse del asturiano Javier Fernández. Ambos coinciden en que debe tener autonomía para confeccionar «su» dirección. «Sánchez tiene que tener su ejecutiva», avisa Vara a la andaluza; «integradora, pero suya, por áreas de trabajo y sin cuotas territoriales».

En cuanto a las primarias, Fernández dijo por la mañana en El Escorial que había que mantenerlas. Sin embargo, por la tarde, tras reunirse con Sánchez en Ferraz, matizó: «Ya veremos cómo se dilucida eso».