Una campaña decisiva

Ahora bien, en estas elecciones donde el elector es consciente de que no se eligen gobiernos la volatilidad ha sido aún mayor que las andaluzas o en las catalanas. Nuestra última encuesta publicada fue capaz de detectar algunos cambios en el inicio de la campaña: crecimiento del voto nacionalista, entrada de Ciudadanos o de Podemos, victoria del Partido Popular... Sin embargo, no era capaz de detectar dos tendencias acusadas en la última semana: la caída de los dos principales partidos y el gran crecimiento de Podemos, una nueva formación a la izquierda de Izquierda Unida. Ambas tendencias son fruto de la crisis económica y común al resto de países europeos, y se han acentuado extraordinariamente al cambiar el fondo y el estilo de la campaña a terrenos que benefician a los partidos más radicales.

Algo similar ha sucedido en Cataluña. cuando se priman debates de ruptura el principal beneficiado es el partido que más apuesta por la independencia: ERC se convierte por primera vez en la fuerza más votada.

Por tanteo, se han dado los dos efectos que la crisis económica ha provocado en las democracias occidentales: fragmentación del voto y radicalización. Ahora es el momento del análisis profundo de lo que los electores han querido decir en las urnas, o en la abstención.