España y Francia piden el control de la inspección de su banca

Fuentes financieras explican a este periódico que el modelo de inspección bancaria que actualmente se sigue en España no es el que existe en la mayoría de los países europeos. Tras la decisión de conceder «ayuda» monetaria para sostener el sistema financiero español, el regulador -con Luis María Linde ya como gobernador-, junto con las autoridades europeas decidieron reordenar el modelo de inspección para seguir muy de cerca la operativa de toda la banca nacional. Así, se decidió que las entidades españolas sistémicas tuvieran inspectores conocidos como «empotrados» en sus servicios centrales para investigar y controlar su operativa. Es lo que ocurre con los cuatro grandes bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank y BFA-Bankia). Una práctica no habitual en otros países europeos, por ejemplo en Francia o Italia.

Precisamente, tras la reforma financiera de la banca española, ahora la situación del sector se ve con buenos ojos en Europa , más si cabe tras los resultados de los últimos test de estrés, en los que todas las entidades examinadas salieron bien retratadas. Por ello, la actual situación de la inspección financiera se quiere mantener tanto por el Banco de España como por el de Francia. Con la nueva normativa, los bancos centrales de cada país seguirán con la potestad de sancionar, excepto en los casos en los que el derecho de la Unión Europea sea directamente aplicable, pero no con el 100% de la inspección.

Precisamente ayer, Linde, durante su intervención en la Comisión de Economía y Competitividad del Congreso de los Diputados, recordó que tras la puesta en marcha del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) el pasado 4 de noviembre, las decisiones supervisoras estarán ahora en manos del BCE, si bien eso no significa que al Banco de España, como a los demás supervisores nacionales, no le correspondan funciones importantes en el propio mecanismo.

El gobernador español criticó además que en los últimos meses se hayan podido leer o escuchar comentarios relativos al «vaciamiento de funciones del Banco de España, que no reflejan un buen conocimiento o comprensión de cómo se ha organizado y cómo va a funcionar el MUS». Adicionalmlente se producirá una mayor carga carga de trabajo y necesidades de personal en el Banco de España, igual que en las demás autoridades nacionales de supervisión, indicó.

Las fuentes explican que para reforzar la supervisión en el BCE se han fichado 1.000 profesionales de distintos países, la mayoría inspectores. De ellos, casi cien son españoles, que han salido del Banco de España. Por esta razón, el supervisor español ha empezado la contratación de personal para cubrir las vacantes actuales y llegar a una plantilla de 444 efectivos en su dirección general de supervisión.

Afirman las fuentes que el supervisor español no ha querido ajustar a la baja el número de inspectores nacionales que trabajen en el BCE, para dar mejor cobertura a sus entidades. El objetivo es que el 80% de los inspectores que vigilan a la banca española sean nacionales -de los que el 90% son del Banco de España-, y el 20% restante pertenecen al BCE. Precisamente el BCE quiere que esa proporción se de la vuelta en los próximos años, pero en todos los países, y que los inspectores empotrados sean elegidos por Europa.