La cartera perfecta para el inversor conservador
Tienen que decidir si se conforman con retornos reducidos o si quieren engordar la rentabilidad asumiendo algo más de riesgo
cristina vallejo
Los ahorradores conservadores van a ser los que más van a sufrir en los próximos años», recuerda Félix López, de Atl Capital. Se han acostumbrado muy mal: han ganado entre un 5 y un 7 por ciento anual en los cinco últimos ejercicios . Pablo ... González, de Ábaco Capital, comenta que lo ideal para un perfil conservador son emisiones de entre 4 o 5 años y buenas calificaciones crediticias, pero, con eso, sólo puede conseguir una rentabilidad del 1,5%.
Según López, estos inversores han de escoger entre dos posibilidades: o bien conformarse con rentabilidades de entre un 1 y un 2%, o bien cambiar el perfil de riesgo y estar dispuesto a asumir una mayor volatilidad. Escoger una cosa o la otra dependerá de si el inversor va a necesitar el dinero en dos o tres años. En ese caso, debe primar la conservación del capital. Pueden, según apunta Borja Gómez, de Inverseguros, apostar por tramos intermedios en deuda pública periférica y, en privada, emisiones de entidades financieras grandes y sólidas.
En caso contrario, puede asumir algo más de riesgo. A estos últimos inversores es a los que vamos a dedicar las siguientes líneas. Aunque, antes de nada, hay que apuntar la advertencia de González: «Ahora, a los inversores conservadores se les está metiendo en 'high yield' y en deuda emergente. A corto plazo, a seis o doce meses, no va a haber ningún problema, pero hay que tener en cuenta que estas opciones de inversión son peligrosas, igual que incrementar la duración de la cartera».
Desde Atl Capital aconsejan mantener una parte de la cartera en activos sin ningún riesgo, es decir, depósitos. Otra parte en deuda gubernamental gestionada muy activamente. Por ejemplo, ahora mismo, deuda periférica con duraciones de entre diez y quince años y posiciones cortas en deuda alemana, hasta que la prima de riesgo baje a los 90 o 100 puntos básicos. Una tercera porción de la cartera se podría destinar a fondos de convertibles y «high yield», con retornos de entre un 3 y un 5 por ciento. En convertibles, aconseja emisores europeos. En alto rendimiento, al 50 por ciento repartido entre europeos y americanos. Por último, incluiría una porción en renta variable europea, puesto que aquí, dice, se encuentran las compañías más globales y con mejores dividendos. Pero insiste: ésta sería una cartera más volátil que aquélla a la que están acostumbrados los conservadores.
La cartera perfecta para el inversor conservador
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