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Un primer paso para que el crédito llegue a la economía real

A falta de que los bancos abran el grifo, el Gobierno ha decidido poner en circulación casi 45.000 millones de financiación «alternativa» para pymes y autónomos

Un primer paso para que el crédito llegue a la economía real efe

maría jesús pérezÇ/susana alcelay

El Gobierno ha reaccionado. Obsesionado, no sin razón, por reactivar la actividad económica española, ha insuflado un balón de oxígeno al pulmón de la economía más falto de aire para volver a respirar con cierta normalidad: el tejido empresarial que conforman pymes y autónomos. Hasta 45.000 millones de euros ha movilizado para mejorar su situación financiera, a través de una batería de medidas que irán directamente al corazón del problema: la aún inexistente circulación de crédito. Una cifra que, si bien muchos expertos tildan de que pueda ser insuficiente, será el comienzo de una deseada recuperación que favorecerá la labor de las pymes, a las que el presidente del Gobierno quiere prestar especial atención por considerarlas una figura clave en la generación de empleo y, por tanto, de actividad económica.

Así, el propio presidente Mariano Rajoy anunciaba la semana pasada, aprovechando el amplio foro que le otorga el Debate sobre el Estado de la Nación, nuevas formas de financiación alternativa a la bancaria. Y los canales en los que ha confiado se asientan sobre las líneas ICO -hasta 22.000 millones de euros-; préstamos de hasta 10.000 millones a través de las entidades bancarias saneadas; nuevos sistemas de garantías; el capital riesgo; un nuevo fondo de titulización; y el plan de proveedores ya existente, que ampliará en 2.700 millones.

Un buen comienzo, sí. Pero con todo y con ello, la fluidez del crédito tardará en llegar. «Las medidas de crédito del ICO son de escaso calado. 45.000 millones de euros arreglan algunos problemas, pero no pueden arreglarlos todos porque el Estado no es económicamente todopoderoso», se queja Rubén Manso Olivar, inspector en excedencia del Banco de España y consejero del despacho Manso Olivar & IAX. «Más importante podría ser el pago a proveedores en plazo por parte del sector público, por lo que cuesta creer que lo limiten todo a un importe en lugar de convertirlo en una obligación que se cumple. Esta actuación -explica Manso Olivar -aunque forzaría a emitir algo más de deuda pública para hacer frente a los pagos a proveedores a tiempo y tiene un coste en forma de intereses, activa la economía en general, lo que a la larga es más beneficioso para las arcas públicas también».

Y es que reactivar la actividad crediticia no va a ser tarea fácil. De hecho, no va a volver en un tiempo prolongado. Que llegue de nuevo o no a las actividades más rentables dependerá de cómo se canalice. Y en esas está el Gobierno. «Sin duda las medidas van en la dirección correcta, pero por sí solas dudo que pueden relanzar la economía real. No tienen ese alcance. Lo más importante es que aunque el sector privado en su conjunto (empresas incluidas) tienen que reducir su deuda, hay muchas compañías solventes que tienen problemas de liquidez y que son perfectamente viables con los mecanismos de financiación adecuados. Un apoyo público, directo o en forma de garantías, se antojaba fundamental. Quedan por conocer los detalles, eso sí porque no sólo es importante hacerlo sino que se haga de forma efectiva», asegura Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor Business School (Reino Unido). En la memoria de todos quedan programas de apoyo público de otras épocas, y con otros gobiernos, que luego no tuvieron el alcance deseado.

En todo caso, los expertos han recibido de forma muy positiva esta vía de financiación alternativa del Gobierno. Y confían en que se siga explorando y avanzando en esta línea. «Hay que huir, como de Satanás, de todo populismo en política económica. Todo el mundo está dispuesto en España a necesitar más crédito. Éste, afortunadamente, llegará, del modo adecuado, cuando se cumplan tres condiciones», apunta el profesor Juan Velarde. Y las enumera: «La primera, la terminación de la reorganización del sistema crediticio, problema estructural básico. La segunda, la liquidación del déficit del sector público, que mientras perdure, con sus emisiones de deuda, genera el llamado efecto expulsión, precisamente del crédito. La tercera, por una reactivación, a causa de medidas de mejoría de la competitividad en el aparato productivo. La carrera de las más necesitadas, y no el mercado, es lo que no debe regir».

¿Y el crédito bancario?

La cuestión es cuándo llegará el momento en el que sea la banca quien canalice el nuevo crédito a empresas y particulares. Durante los años de crisis, la banca, obligada a cumplir con una mayor exigencia de recursos propios -con el objetivo de poder sortear en mejores condiciones otras crisis venideras desde el 1 de enero se les exige el 9% en lugar del 8%- ha visto reducida su capacidad de prestar dinero. Además, ha sufrido una reestructuración, del todo necesaria, que tardará en dar sus frutos.

Y es que los bancos españoles siguen inmersos en un proceso de ajuste muy importante. Hacen a «pies juntillas» lo que apuntan las autoridades nacionales y europeas. Sobre todo, fortaleciendo sus balances. Una práctica que, a corto plazo, hará que las cuentas se resientan, con resultados modestos en el actual ejercicio. Incluso con algunas entidades en pérdidas.

Por todo ello, y pese a que el sector financiero capeará 2013 en las condiciones adecuadas para cumplir con las exigencias de solvencia demandadas por Banco de España y Bruselas, dar el demandado paso a la reactivación del crédito va a costar mucho más.

Desde el propio sector, se apunta que hasta que no se reanime el crecimiento económico no se puede esperar que los bancos se animen a prestar. Y eso, coinciden fuentes financieras, no ocurrirá en España al menos hasta el último trimestre de 2013, y si no hay ningún contratiempo en la economía internacional. «Considero que las medidas anunciadas por el presidente Rajoy para las pymes serán positivas, ya que cubren muchas de las preocupaciones de este sector -señala Mario Weitz, consultor del Banco Mundial y profesor de Esic-. Por un lado ,ataca los dos principales problemas de estas empresas, que son, primero, la falta de financiación, que pienso no volverá de modo fluido hasta por lo menos en diez o doce meses. Y, segundo, el plan del pago a proveedores. Me parece importante además como gesto a un sector básico de nuestra economía y bastante olvidado hasta ahora por el Gobierno».

La banca, quiere dar crédito

En línea con la opinión de los expertos, la de los grandes banqueros españoles. Coincidiendo con la presentación de resultados anuales, tanto el presidente de BBVA, Francisco González, como el del grupo Santander, Emilio Botín, reflexionaban sobre la escasez de crédito en España. El presidente del BBVA aseguraba que su banco está dispuesto a conceder préstamos, incluso dejaba claro que pondrá en marcha junto al Gobierno del PP medidas que ayudarán a relanzar la financiación, si bien remarcaba que el motivo por el que ahora no fluye el dinero es que «nos piden poco» crédito.

Mientras, Emilio Botín zanjaba la falta de concesión de crédito con la siguiente frase: «Quiero dejar muy claro que no prestamos más porque no hay demanda solvente» y vaticinaba que «para que fluya el crédito hay que tener confianza, y si el Gobierno toma las medidas, la habrá».

Desde diversas instituciones españolas la opinión sobre la importancia de estas medidas de impulso a nuevas fórmulas de financiación y de acceso al crédito, son coincidentes. Así, el Consejo Superior de Cámaras de Comercio espera que ayuden a normalizar, lo antes posible, los canales de financiación, que constituye uno de los factores más limitadores de la actividad empresarial. «La falta de liquidez y las dificultades de acceso al crédito de las pymes han causado una preocupante destrucción del tejido productivo, por lo que regenerarlo debe constituir una prioridad absoluta en estos momentos», aseguran fuentes de la institución. En este sentido, las Cámaras recuerdan los últimos datos de su «Encuesta de Acceso de las Pymes a financiación ajena» del último trimestre de 2012 revelaba que el 26% de las pymes que solicitaron financiación a entidades bancarias les fue denegado y un 64% obtuvieron el préstamo, aunque en condiciones mucho más duras.

En definitiva, el plan de apoyo a la financiación del Ejecutivo de Rajoy ha sido recibido con aplausos, si bien se podría quedar corto. Los expertos dicen que para reactivar la actividad empresariales debería producirse una bajada de impuestos el año que viene y algo más: «Para que la economía real se anime de verdad lo que necesitamos son más exportaciones. Esto ayuda pero no alcanza», concluye Weitz.

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