Óscar Mariné (Madrid, 1951) se ha incorporado a la lista de artistas que se zambullen en el mundo de la ópera. Otros antes que él, como Perejaume en el Liceo de Barcelona y Eduardo Arroyo, en el Teatro Real de Madrid, dejaron su impronta en la imagen de marca de estos espacios.
El caso de Óscar Mariné, uno de nuestro más prestigiosos ilustradores, ganador del Premio Nacional 2010, va un poco más allá pues siendo madrileño ha logrado franquear la frontera del templo lírico catalán (toda una hazaña) para el que ha diseñado 16 carteles de gran formato, además del material promocional que acompaña cada uno de los títulos de esta temporada, que dará comienzo el próximo 1 de octubre con «El holandés errante», tras la pre-temporada extraordinaria protagonizada por el Festival de Bayreuth hace unos días.
Mariné no puede ocultar su satisfacción tras colaborar con el teatro barcelonés. «Sentí un gran honor al recibir el encargo de una institución como el Liceo que representa cultura y música en su expresión más elevada, y también una gran responsabilidad para transmitir todo su legado y su historia -confiesa a ABC-. Es costumbre en el Liceo la colaboración de los mejores grafistas y artistas plásticos desde siempre y estar entre ellos ha sido otro de los alicientes de este trabajo».
Referencias clásicas
Diseñador, ilustrador, experto tipógrafo y artista, explica cómo fue el proceso para realizar los carteles. «Investigué bastante para poder llevarlo a cabo y encontré la clave en referencias clásicas. Ha sido un proceso duro pero gratificante. La elección de los materiales y los formatos me obligó a un proyecto de gran magnitud, dieciséis obras de gran tamaño en acrílico sobre madera».
La trayectoria de Mariné está jalonada de colaboraciones en el mundo del cine, a las órdenes de Pedro Almodóvar («Todo sobre mi madre»), Álex de la Iglesia («El día de la Bestia») y Julio Médem («Tierra») y de la música, a través de la realización de la portada de discos para artistas como Andrés Calamaro y Los Rodríguez, Brian Eno, Kevin Ayers, Siniestro Total, Michel Camilo y Tomatito
Una pasión por la música que le ha acompañado en la elaboración de este trabajo, aunque no exactamente lírica. «La carga dramática de la ópera me conmueve en un sentido que no ayuda a la acción ni a la creatividad. La música me inspira constantemente y mi trabajo está siempre muy vinculado a ella pero mientras realice este proyecto escuche otro tipo de música. El calor y la energía que necesitaba lo encontré, como siempre, en un una mezcla de música pop actual llena de nuevas ideas que te ayudan a tomar el pulso del momento, con un poco de jazz, un poco de soul de siempre y otro poco de r&b …»
Cartelistas de principio del siglo XX
Y asegura que utilizó como fuentes, «la mitología nórdica y la literatura o el cine de los años 20 y 30, por su carácter épico y majestuoso. Los cartelistas de principios de siglo han sido otra importante referencia».
A Mariné, como le sucede a un padre con sus hijos, le cuesta decantarse por un cartel favorito entre los 16 realizados. «Es difícil poder seleccionar uno en concreto, tal vez Madama Butterfly o Street Scene, me trasmiten una potencia que identifico con la inspiración», admite.
Artista multidisciplinar e hiperactivo, el diseñador madrileño actualmente está trabajando en una cadena de restaurantes española «para exportar nuestra gastronomía y nuestra y cultura, el cartel de una película de Eduardo Chapero-Jackson sobre Antonio Machado: Los mundos Sutiles, una marca de vino y aceites (de nuevo exportar España), y seguir pintando».
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